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- Me llamo Dong - dijo el azabache mirándola.

- ¿Estas aquí solo? - la rubia miró a los costados, viendo que no había señal de otra persona.

‐ Puedes ver que si. Si no sabes quién soy ¿como es que me encontraste?.

‐ ¿Encontrarte?. No eres una celebridad hasta donde yo sé. Pero si lo eres. Tranquilo no soy fan tuya por que tampoco te conozco - dijo la rubia, sin ningún tipo de emoción.

- ¿Puedo saber que haces aquí? - dijo el pelinegro - ¿No deberías estar en la fiesta?.

- Esta fiesta no es mi tipo - dijo la rubia acercándose a la baranda y apoyándose en esta - además me encuentro perdida, y algo molesta - dijo la joven.

- ¿No sientes frío? - dijo el azabache al verla con un top blanco y una falda negra.

- No, por que la noche no es tan fría como parece - dijo la rubia mirando a la multitud que se encontraba a los pies de esta.

- No lo es, pero podrías atrapar un resfriado.

La rubia se rio y vio al azabache que estaba serio.

La rubia estaba empezando a ver borroso a su entorno. ¿Acaso fue por el trago que el anfitrión le invitó?....Sabia que no tenía tolerancia al alcohol.

La rubia movió su cabeza un poco. El azabache noto la acción de esta.

- Te encuentras bien? - dijo el azabache.

- Neh - dijo la rubia.

El azabache asintió. Pero poco a medida que el tiempo iba pasando, la chica empezó a cabecear y esto ocasionó que la joven se encontrase ahora en el hombro del chico. El chico no sabía que es lo que estaba haciendo, pero tampoco la quería separar bruscamente de él.

- Señorita Lalisa. Te voy a pedir por favor que dejas de hacer este teatro - dijo el azabache. Al no ver acción, ni respuesta de la contraria, la empujó levemente.

Pero está en vez de reclamarle, se encontraba el piso, a los pies del azabache, que se encontraba en un estado de shock. No sabía cómo reaccionar.

- Lalisa, ¿te encuentras bien? - dijo el azabache mientras que se arrodilló y empezó a dar pequeñas palmadas en el rostro de la rubia.

Al ver que no obtenía respuesta alguna. El azabache la cargo a la rubia en su hombro como si fuera algún tipo de bulto. Bajo las escaleras con cuidado y salió de aquella mansión llena de gritos, por la puerta de atrás.

•••

La enorme mansión se podía divisar desde lo lejos. El azabache apretó el acelerador y el auto aumentó la velocidad. Por quinta vez en el transcurso vio a la joven. Aún no despertaba.

Paso unos 7 minutos en el auto. Las puertas de la mansión se abrieron y los empleados lo esperaban. El azabache se estacionó en frente de los escalones de la mansión y bajo del auto.

‐ Annyeonghaseyo joven Jeon - dijeron al unísono. Nadie dijo nada y vieron como el azabache abrió la puerta del asiento copiloto.

Todos se quedaron con los ojos abiertos por la impresión. Jungkook cargo a la joven rubia de forma nupcial.

- Joven yo la puedo llevar - hablo uno de los empleados.

- No te preocupes Beomhyung, puedo hacerlo - dijo el azabache.

Todos los empleados perseguían al azabache con una sonrisa algo confundida. De lo que era seguro es que el Gran Jeon Jungkook, no traía a cualquiera a casa y era muy raro verlo con una chica.

Mi novia es una niña// LiskookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora