Final alternativo [Wattstories I]

Cap 1 ✓

“Ella es mi obsesión”

El mundo es un caos que se envuelve entre los deseos humanos... no, el mundo es simplemente el hábitat de las criaturas feroces e ignorantes que somos, siendo guiados por el instinto, el deseo y los sentimientos. Allí es cuendo comienza el verdadero caos, cuando en nuestro interior ocurre ésa brutal guerra a sangre fría entre lo que sientes, deseas y lo que crees debes hacer.

Y ya ha comenzado, ésa guerra está causando estragos no sólo en mí sino también en las personas que amo...

Mi cuerpo está hirviendo. Seco nuevamente el teclado del computador con una toalla ya que mis dedos lo han humedecido. ¡Maldición! Una presión agobiante rodea mi cráneo de forma insistente y una picazón en los ojos me distrae un poco, pero no me detengo; las palabras no se detienen dándole forma a las ideas que retumban dentro de mí.

Sonrío al darle un repaso a lo que he escrito. Ha sido una osadía escribir cada párrafo que conducen a éste final que también significa el fin de una parte de mí. Aún así no me convence.

Para muchos escribir puede ser maravilloso, incluso para mí, pero es contradictorio como éso que te genera tanta emoción también puede evocar tanta desesperación y ansiedad. Así como leer puede convertirse en un escape, escribir puede transformarse en un oscuro laberinto, lleno de bloqueos e inseguridades, en un encierro.

Pero aunque no haya oscuridad ni luz al final del laberinto, cuando hayas salido de él y puedas desde lejos admirar lo que haz logrado batallando contra todo, sabrás que ha valido la pena. Como decía mi abuela: Nada que valga realmente la pena en ésta vida es fácil ¡Así que dame un cigarrillo!

No es fácil para mí dejar ir las cosas, nunca lo ha sido, y estoy a unas líneas de acabar “Tierras de sal y cristal”, una historia que me ha hecho bastante reconocido en Wattpad y a la cual le tengo tanto aprecio que he postergado escribir su final un par de veces, pero ya es hora; así uno se aferre a las cosas siempre llega ése momento donde no quedan fuerzas y el único camino que queda por recorrer es el del adiós.

Y aunque ya han pasado semanas desde la última actualización del libro en la plataforma naranja, muchos lectores esperan aún el desenlace de una historia que aunque fué el motivo de la ansiedad más fuerte que he tenido también me ha dejado muchas satisfacciones.

Aferrarse a las cosas no está mal, no sí cuando llega el momento de dejarlas atrás éstas te impulsa hacía adelante. Aunque, a veces cometemos el error de aferrarnos a personas, y las personas sean cuál sean los motivos y las situaciones siempre terminan por estancarnos.

—¡Chad! Baja a desayunar o llegarás tarde al colegio —la voz átona de mi madre apenas logra filtrarse en mi recámara, alejándome completamente del texto que estoy escribiendo.

Ya que mi computador siempre tiene la hora descontinuada miro el reloj en forma de araña que reposa en la pared y aunque mi recámara está toda oscura puedo notar las agujas haciendo su recorrido a la velocidad que les corresponde individualmente. Verifico la hora por segunda vez en mi teléfono. No sé ni porqué me extraño, naturalmente tomo asiento en ésta cómoda silla (que mi madre me donó de su viejo consultorio dental), a éso de las cuatro de la madrugada frente al computador a escribir y el tiempo parece volar ante las ideas y los diálogos, los personajes haciendo sus vidas y yo en el intento de entrelazar todo a lo que era la idea original.

Guardo el borrador del capítulo final de mi novela y apago el monitor, introduzco el celular en mi bolsillo para tomar del regazo de la cama la mochila que arreglo todas las noches para el día siguiente y la sudadera gris que llevo encima de la franela marrón que el colegio me obliga a usar. ¡Malditas series estadounidenses! Por su culpa creí que en la secundaria podría ir vestido como se me diera la regalada gana y la verdad no es que sea algo importante para mí, pero igual me siento de alguna forma estafado.