Cap 5 ✓

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“Ladylectora”

Sus votos y comentarios son muy importantes para mí, por favor quiero ver crecer ésta historia y necesito de su apoyo ✨.

Las mentiras, grandes o pequeñas, dulces o amargas, siempre te llevarán al filo del abismo. Y si no mantienes el equilibrio sucederá, antes de que puedas darte cuenta caerás al vacío.

Mentirle a Ryan no fué mi intención, incluso en un principio pensé en hablarle con la verdad; pero decirle mentiras se me hizo menos amargo e inconscientemente fueron saliendo de mi boca una falsa trás otra. Y aunque en el momento me supo tan dulce ahorita un putrefacto sabor me está volviendo loco.

—¿Qué te traes, Chad Aleixandre Gómez? —Cuestiona mi madre, aunque su voz sea estruendosa e inquebrantable puedo notar en ella matices de cansancio. Despego la mirada de mi cena y la observo al otro lado de la gran mesa, está mirándome con el ceño ligeramente fruncido—. ¿Acaso no te gustó la lenteja?

Me lamo los labios dudando mi respuesta, es como si de alguna manera las madres vinieran con cierta habilidad de leer las mentes. Miro nuevamente mi plato, apenas he quitado una cucharada a la montaña de granos que reposa al lado del pálido arroz y la cocida carne. Se me revuelve el estómago de sólo recordar ese primer bocado, si no hubiera tenido un vaso lleno de jugo a mi alcance seguro hubiera escupido.

—No, no es que no me haya gustado —contesto, tratando de que mi expresión facial no diga lo contrario. Mi mamá lleva un bocado de lentejas a su boca sin despegarme la vista ni por un segundo ¡Qué asco!—. De hecho está como ácida o agria ¿cómo supiste qué me gustaba así?

Sonrío, mi madre odia que le hable sarcásticamente y cuando lo hago puedo notar como ésa extraña vena que pasa sobre su nariz se hace visible sin ningún problema, incluso sus gorditas mejillas se ruborizan.

—¿Agria? —se atraganta un poco, toma el vaso que reposa al lado de su plato y bebe un sorbo de agua con prisa—. Pero si está riquísima la lenteja, la hizo Ana y tú sabes muy bien que ella cocina como los dioses.

Y ése es otro don de algunas madres, todo; hasta el bicarbonato de soda con limón les sabe a delicias preparadas por los dioses...

—Sí, sé que Ana cocina  bien —asiento. La verdad la secretaria de mamá es una exelente cocinera—, pero no sé, sólo digo que la lenteja se pudo haber dañado por estar tanto tiempo fuera de un refrigerador.

Me mira por un segundo. Ambos sabemos que lo de las lentejas simplemente es parte del gran contexto: Su ausencia.

Talvez fué la forma en que lo he dicho, pero no ha sido mi intensión recalcar la situación.

Ella se está esforzando, ambos nos estamos esforzando para que nuestra relación sea lo más armoniosa posible. Ella trata de todas las maneras posibles estar inmiscuida en mi vida los momentos en que está presente y éso es algo que valoro mucho.

Y talvez sí le reprocho todos esos momentos que no estuvo, pero también la entiendo. Es como un sentimiento de amor y egoísmo en plena guerra.

—Si tú no quieres entonces dámelo, Chad, yo sí me lo voy a comer —rompe el silencio, encorva sus hombros y lleva otro bocado de arroz y lentejas a su boca.

—Favor que me haces —Murmuro triunfante, arrastrando el plato por la mesa hacía ella. Me levanto de mi asiento—. No te preocupes comeré pan con refresco.

Rodeo la mesa sin ningún inconveniente hacía la alacena.

—Está bien —acepta mamá, sin estar del todo convencida—. ¡Hey, Chad! Te noto un poco sudado así que antes de dormirte échate un baño, arregla tu mochila y gradúa tu despertador para que puedas levantarte temprano y...

Final alternativo [Wattstories I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora