Capítulo 7: "No puedo olvidarte"

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Pov Arizona
"Te sigo amando
Estar con otra no es la solución
Porque te sigo amando"

Llegué a casa luego de horas infinitas de trabajo, necesitaba hablar con Callie.

— ¿Callie?¿Sofia?— grité

No obtuve respuesta por lo que me preocupé.

— ¿Callie?— volví a gritar

Subí hasta el cuarto de Arizona y ahí estaban ambas, observándome atentamente y en toalla.

— Pensé que se habían ido...— susurré aliviada

Estamos aquí— dijo Callie molesta— Ahora, necesito cambiarme ¿Puedes ponerle ropa a Sofia?

Asentí tímida y arrepentida, tomé a Sofia en brazos y me quedé observando a Callie.

— ¿Luego podemos hablar?— murmuré

Ella se quedó en silencio, ni siquiera me miraba

— Callie... Por favor— susurré

— Bien— dijo por fin

— No te molestes conmigo Call— supliqué

Ella no sabía la historia completa y se estaba dejando llevar por lo que vió...

"Borrar tu nombre de mi corazón
Ay, cómo me ha costado
No saber lo que pasó
Pero me está matando
Porque te sigo amando"

Bajó su mirada, y en silencio, entró en el closet.

Decidí dejarla un momento a solas, ingresé al cuarto de Sofia y comencé a cambiarla.

Ella estaba creciendo demasiado rápido, dentro de unas semanas cumpliría ya cuatro años. Quería organizarle un gran cumpleaños, debería hablar primero con Callie del asunto.

Finalmente terminé de cambiarla y la dejé en su corralito un rato, me dirigí al cuarto de Calliope nuevamente y entré.

— Arizona!— gritó asustada— ¿No te ensañaron a tocar?— dijo tapándose el cuerpo semidesnudo con la toalla

— Ay Calliope, por favor. Ya conozco eso que tapas

Ella se quitó la toalla, dejándome ver así su cuerpo tapado por la ligera tela de unas bragas y su sujetador.

Sonreí inconscientemente.

"Porque tu beso salvaje
Es como estar en un viaje
Es como un vuelo de ida
Y para la salida no tengo pasaje"

Ya, deja de observarme y habla— agregó colocándose una blusa gigante que tapaba hasta sus piernas

— Yo... ahm— carraspee— Quería hablar sobre lo que viste en el hospital

Me senté en la cama, bajé mi mirada a mis manos, jugaba con ella ya que estaba nerviosa.

— ¿De que se supone deberíamos hablar? Besaste a Leah, fin del asunto— dijo molesta

100 gradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora