El día daba comienzo, muchos se levantaban con una energía de dudosa procedencia, otros a duras penas podían hacerlo, y aquellos privilegiados que no debían de levantarse temprano tan solo podían seguir descansando todo lo que gustarán.
El tren se llenaba con las personas que iban directo a sus actividades diarias, ya sea trabajar, estudiar o ir a visitar a alguien, el pequeño Omega peliceleste tomo lugar en uno de los tantos asientos libres, frente del Omega pelirrojo, como en ocasiones era usual, al hacer contacto ambos se saludaron un con momentáneo movimiento de manos, para proseguir su viaje hacia un mismo destino, su establecimiento escolar.
Pese a dirigirse todo los días al mismo lugar, subiendo y bajando en la misma parada, nunca habían intercambiado palabras, no lo vean necesario, tan solo con saludarse les bastaba, algo extraño a decir verdad, pero así era para ellos.
El timbre marco el comienzo de las clases, ambos se dirigieron a sus correspondientes salones, siendo acompañados por su grupo de amigos, dando comienzo a aquella rutina de estudiante, de aprender y memorizar información, la cual mucha resultaba irrelevante, mientras esperaban que tocará el timbre, para tomarse un descanso de aquellas aburridas clases, cruzándose en aquellos pasillos repletos de gente, volviendo a saludarse con aquel movimiento de manos.
Sus amigos les miran confusos ante estos diarios saludos, nunca se habían hablado, pero se saludaban como si fueran conocidos de toda la vida, sus rostros forman una sonrisa como la que le darían a alguien que conocen, pero jamás habían intercambiado una mínima palabra.
Los alumnos salían disparados de sus salones directo a sus casas, o sus respectivos clubes en caso de estar en uno, ambos omegas se dirigieron a la usual estación, tomando el mismo tren, sentándose enfrente, saludándose por última vez en el día, porque al bajar sus caminos irían por diferente rutas.
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Entre frutillas y arándanos
FanfictionAmbos omegas diferentes en todos los aspectos, uno un dulce olor a arándanos bañados en la más dulce miel, un cuerpo tan frágil que hasta con un suave soplido se podría romper; y el otro siendo confundido por un alfa, a causa de su carácter fuerte y...