—Es hora de comiences a buscarla, ella es la única capaz de controlar a tu bestia—gruñó molesto mi mejor amigo Liam.
—Nadie logrará controlar mi bestia, entiéndelo de una maldita vez—susurro cansado pasando mi mano por mi cabello.
—Solo inténtalo, estás sufriendo tanto pero te niegas a recibir alivio, por qué buscas sentirte vivo en el dolor—sisea con esperanza y decepción en sus palabras.
—¡¿Intentarlo dices?!, no quiero hacerle daño a más nadie, ¿Cómo puedo arriesgarme a tenerla cerca? cuando soy consciente que en algún momento voy a perder el control o raciocinio total convirtiéndome en lo que soy, un monstruo.
-¿Por que haces esto?, ¿Por qué dejas que tus pensamientos egoístas te controlen? ni siquiera te arriesgas a intentarlo, deja de ser un maldito egoísta contigo mismo, deja de un lado tu frialdad, tu indiferencia y tu maldita alma oscura, ella es tu única salida, la única que te puede sanar, es hora de que la busques—decreta, no respondo nada mientras fijo mi mirada en un punto de la habitación buscando una respuesta a todo esto, sé que él tiene razón en que necesito de ella, necesito la felicidad aunque sea solo por una vez, ella es una luz en este mar en el que solo se puede encontrar oscuridad, yo soy ese barco que navega atraído por su luz sin siquiera poder detenerme.
Con un movimiento de cabeza poco a poco alejo esos pensamientos antes de que siguieran su rumbo, ya es la sexta vez que interrumpo lo que estoy haciendo para dejarme arrastrar por esa ola de pensamiento.
Traté de buscar una vez pero al pensar que solo le iba a causar daños, solo la iba a hundir en mis males, condenarla a pasar su vida con alguien que ni siquiera podía protegerla de sí mismo y me resigné a que lo mejor era estar separados porque de todas formas mi pasado se iba a interponer.
No hay peor mentira que tratar de engañarnos nosotros mismos
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Fantasy Color Eyes (Editando)
FantasyLos sentimientos de ella eran demasiado fuertes para las palabras y muy tímidos para el mundo, era fácil confundir su timidez con la frialdad y su silencio con la indiferencia. Los sentimientos del él eran tan fríos que quemaban y tan rotos que cort...