Capítulo 5 parte 1

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Capítulo 5 parte 1 (Una belleza difícil de domesticar)

Una densa niebla flotaba alrededor. Sentía un gran calor recorriendo su cuerpo, y en su boca, era como si dos fuerzas tiraran, haciéndola sentir un inmenso dolor.

Sus largas pestañas de mariposa parpadeaban suavemente y sus ojos de fénix se mecían en un ligero trance, sin saber dónde estaba.

"¿Despierta?"

Una voz baja e indiferente vino de detrás de ella, tan familiar, que se despertó al instante; y al mismo tiempo, se dio cuenta de que se hallaba sentada en un cubo sin ropa. El agua del cubo olía familiarmente a medicina, y una gran palma le presionaba la espalda. El calor que sentía en su desmayo procedía de él.

No necesitaba darse la vuelta para saber quién era esa persona, sin embargo, no podía entender por qué lo hacía.

"¿Sabes lo que estás haciendo?"

Tan pronto como abrió la boca, se sorprendió por la debilidad de sus propias palabras. Inesperadamente, estaba tan débil que le resultaba difícil hablar.

"Sé exactamente lo que estoy haciendo".

Al ver que por fin despertó, la ansiedad que se cernía sobre él se desvaneció. La toalla de tela que colgaba a un lado fue cuidadosamente envuelta alrededor de su cuerpo desnudo y delicado, y fue cuidadosamente sacada del cubo.

"Has estado inconsciente durante tres días, ¿Te sientes mejor ahora?"

Mientras la dejaba en el suelo, la cubrió cuidadosamente con la colcha y se sentó en el borde. Sus ojos oscuros la observaban con preocupación en lo que sus cejas se fruncieron.

Los ojos de fénix de la mujer se abrieron lentamente y miraron al hombre sentado en topless a su lado.

Era la primera vez que lo veía así, con la mitad de su cuerpo desnudo, aparentemente liso y fuerte, pero a la vez se sentía una pizca de peligro.

Siempre sintió que algo andaba mal desde que despertó. ¿Es esta persona frente a ella realmente el mismo Tang Ying que no puede esperar para trazar una línea clara y mantenerse alejado de ella?

"¿Por qué no hablas?" Una gran palma acarició su mejilla ligeramente fría.

"¿Ha pasado algo? ¿Por qué... el abuelo estuvo de acuerdo...?" Su voz era baja y sus palabras eran rotas, pero él entendió su significado.

"Nada, solo tienes que cuidar tu salud".

La voz baja y persuasiva hizo que la cansada mujer volviera a cerrar los ojos y cayera en un sueño profundo.

Y todo el tiempo él estuvo sentado, mirando tranquilamente su rostro dormido.

Sin salir nunca.




* * * * * * * * * *

Un carruaje se movía despacio, la cortina sobre la ventana se levantaba de vez en cuando.

En el interior del carruaje se extendió una gruesa manta, y sobre ella, cuidadosamente envuelta, se encontraba una mujer brillante y conmovedora. Solo tenía los ojos cerrados, pero su rostro pálido no desmerecía su belleza natural.

El frío hombre sentado a un lado no le quitó los ojos de encima.

"Joven maestro, hay una tienda de té enfrente ¿Le gustaría tomar un descanso?"

El hombre que abrió la cortina era uno de rostro serio, cuando vio que el rostro del maestro se hundía instantáneamente, bajó la cortina preso del pánico. Esperó afuera del carruaje y no se atrevió a hacer más ruidos.

Una belleza difícil de domesticarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora