LA HUMILLACIÓN

1 1 0
                                    

¡Riiing! ¡Riiing! ¡Riiing!

Cuando sonó el despertador, levanté la mano derecha con mucha pesadez para apagar el molesto ruido. Me dije que necesitaba acabar con todo aquello, y acto seguido me levanté de la cama y me dirigí hacia el escritorio. Encendí el ordenador y me creé una cuenta en una página de citas heterosexuales. Escogí «el chico X» como alias y en la descripción, escribí: «Hola, soy un chico en busca de amigas que quieran conversar de cualquier tema».

Llegó un mensaje a la bandeja de entrada:

«Hola», me escribió por el chat una chica que tenía como perfil «Katy».

«Hola Katy» le contesté poniéndole al final un emoticón de felicidad.

«¿Cómo te llamas?».

«Moisés, y creo que tú te llamas Katy ¿verdad?».

«Sí, exacto, soy Katy».

«Qué bien... ¿Y cómo eres, Katy?».

«¿Te importa mucho mi aspecto?».

«Bueno, no es que me importe mucho, pero igual es importante saber con quién habla uno ¿no crees?».

«Bueno, si te importa mucho, soy normal, no sé como describirme».

«Vale, entiendo», le escribí no muy contento.

«Yo soy un chico alto, ojos claros de cabello corto y muy guapo».

«¿Eres guapo? ¿Seguro que no eres gay?».

«¿Por qué dices eso? la verdad no entiendo»; le escribí a la defensiva.

«Dices que eres guapo y creo que eso te lo tiene que decir una mujer, o sea, no se ve bien que tú mismo te autoproclames guapo ¿o eres narcisista?».

«No, para nada, solo lo dije en broma»; le escribí excusándome.

«Hammm, ok, disculpa, pensé que lo decías en serio».

«Ja ja ja ja perdón, pero acostumbro a hacer muchas bromas».

«¿Sabes qué? No te creo, eres gay. Te recomiendo entrar a un sitio donde te sientas mas cómodo siendo tú. Chao, chico, suerte»; me escribió y me elimino del chat.

¿Qué rayos había sido eso? No podía hablar con una chica porque me llamaba «gay», tendría que medir más mis palabras... Me dije que aquello debía servirme de lección para no estar presumiendo de que era guapo. Me lo habían dicho tanto que me lo estaba empezando a creer. Era mejor ser más cuidadoso, tenía que recordar que eran chicas y no chicos, algo que quizás me resultara más complicado.

Llegó un mensaje a la bandeja de entrada:

«Hola», escribí a un perfil que me llamó la atención, llamado «Karolina con K».

«Hola guapo», me respondió.

«¿Guapo? ¿Cómo lo sabes? jajajajaja».

«Solo lo percibo jajajajaja... Bueno, en realidad no sé si eres guapo, pero ¿puedo descubrirlo?», me responde con mucho carisma.

«Mejor hagamos algo, ¿te parece?».

«Tú dirás, chico X.».

«¿Cómo te gustan los chicos?».

«Me gustan como tú jajajajaja; no mentira es broma, hablando en serio, me gustan que sean altos, atlético y sobre todo que sean varoniles».

«Listo, has conseguido al amor de tu vida»; le digo haciéndome el gracioso.

LOS DEMONIOS DE MOIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora