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Felix, de ya trece años, soltó un quejido mientras limpiaba el sudor de su rostro, su respiración entrecortada y su cuerpo cansado. Miró a Bangchan, quien le veía con una sonrisa arrogante.

--Estás mejorando pero no eres lo suficientemente bueno. --Se burló el mayor, alejando su espada de madera del cuerpo del chico. --Aún te falta mucho para estar a mi altura.

--Es increíble que con 34 años sigas siendo igual de ágil, papá. --Gruñó Felix, llamándolo por aquél apodo que solo tenía permitido usar cuando ambos estaban solos. 

Para Felix, Bangchan era más padre que sus dos padres juntos y para Chan, el príncipe era como su pequeño hijo, lo había visto crecer y lo había ayudado cada que tenía problemas. Había sido su escapatoria cuando Jisung o Minho se ponían demasiados estrictos con sus clases.

--¿Qué puedo decirte? La vejez no llega a la gente hermosa. --Chan rio, sentándose en el piso para descansar también unos segundos. --Mañana cumples catorce ¿Listo para tu súper fiesta?

--Ni lo menciones. --El menor se dejó caer a su lado. --Anoche los escuché discutir, papá Jisung dice que deberían de buscar a alguien que sea... conveniente para mí y papá Minho le decía que no pensaba obligarme a nada.

El príncipe suspiró, recordando las constantes peleas de sus padres que lentamente empezaban a ser más constantes, tenían opiniones demasiados distintas en la mayoría de las cosas lo que causaba choques entre ambos.

Y él, siendo un niño solitario, había estado creciendo con la idea de no ser como ninguno, ser bondadoso como su padre Jisung no lo era, ser paciente como su padre Minho no lo era y tener bien en claro que no podía juzgar a las personas por su apariencia o rumores, cosa que sus dos padres hacían.

--No entiendo por qué se casaron. --Soltó de repente el rubio, a sus trece años ya era bastante maduro, se había obligado a serlo. --Dicen amarse pero siento que en realidad no lo hacen, papá Minho habría sido mil veces más feliz a tu lado.

Y sí, también se había enterado de la historia amorosa que su padre había tenido con Bangchan.

--No lo creo, Minho ya no me amaba y sea como sea lo nuestro se iba a terminar. --El pelinegro sonrió, acariciando los rubios cabellos del de pecas con ternura. Felix se contuvo de decirle que a veces su padre Minho observaba con anhelo el cuadro donde estaban ambos, no quería lastimar a Bangchan con falsas ilusiones. --A levantarse pecas, tu padre se enojará si llegas tarde a su cena, merienda, lo que sea y se enojará aún más cuando sepa que llegaste tarde por estar conmigo.

No era secreto para nadie que Jisung había desarrollado un mini odio hacia Bangchan, el castaño sentía que el guardia real le robaba a su pequeño hijo como venganza por él robarle a Minho.

--Nos vemos mañana, papá. --Felix se levantó y se despidió con la mano de su mayor antes de correr hacia el castillo, debía bañarse y estar presentable para el cumpleaños de su padre.


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--¿Estás emocionado por mañana, Lix? --Minho preguntó, intentando sacar el ambiente tenso. 

--Un poco, aunque no quería algo tan grande, solo un pastel y pasarla con ustedes. --Respondió el rubio menor, sin levantar ni un poco la vista.

--Será bueno para que hagas buenas relaciones con futuros reyes, Felix. --Murmuró Jisung, tomando su copa con vino. --Tú también serás un rey y no será nada malo que conozcas a gente de la misma clase que tú, además, entre los príncipes y princesas invitados podría estar tu futuro esposo o esposa, con tu padre aún lo estamos pensando.

Felix ignoró lo último, sonriéndole a su padre Minho para que no causara ningún conflicto, se veía a kilómetros lo molesto que le ponía ese tema. 

--¿No se puede invitar a gente del pueblo? El castillo es lo suficientemente grande y las cocineras han hecho demasiado comida, quisiera conocer a mi gente. --Minho sonrió, amaba tanto la bondad y el respeto de su hijo, le hubiera gustado ser así a su edad.

--Ya hablamos de esto Felix. --Empezó Jisung, suspirando. --La gente de la realeza no debería mezclarse con sus campesinos. --Felix mordió el interior de su mejilla.

--No sabía que era tu fiesta como para que pudieras elegir a los invitados, papá Ji. --Felix levantó finalmente la cabeza, su sonrisa desapareciendo y siendo cambiada por una dura expresión, aunque aún se veía tierno por sus rasgos aniñados de chico recién entrando a la adolescencia. --Tú mismo lo dijiste, yo seré un rey y un buen rey tiene que mantener relaciones con su pueblo así que te guste o no estar rodeado de "campesinos", como le llamas tú, sabes que es lo mejor.

El rey ya no respondió, decidiendo seguir con su comida.

--Mañana a primera hora estarán los carteles invitando a gente del pueblo. --Concluyó la conversación Minho, sonriendo.


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-¿Hana noona? --Felix se acercó a la mujer que estaba cocinando, había ido por algo para comer en la madrugada y la encontró, como siempre.

--Principito, ¿Otro día sin poder dormir adecuadamente? --Hana sonrió con ternura, cada madrugada Felix iba a la cocina y ella estaba lista para darle algo de comer, más que acostumbrada a que el chico no pudiera dormir.

--Ajá, creo que esta vez es más porque por primera vez podré convivir con la gente del reino sin tener que estar todo cubierto. --Felix sonrió con emoción, dejando confundida a la mujer. --¿Qué hacía usted noona?

--Estaba cocinándole algo a mi hijo, se lo llevaré mañana a primera hora. --Hana respondió, sonriendo nuevamente. --Él es dos años mayor que usted pero es todo un desastre en la cocina, la última vez casi quema mi casa.

--¿Por qué no lo trae al castillo? 

--No quisiera causarle problemas, su padre es muy estricto con ese tema, además es su fiesta de cumpleaños y yo no quisiera hacerle enojar.

--Usted misma lo dijo, es mi fiesta de cumpleaños ¡Traiga a su hijo! además invité a todo el pueblo en general, da igual lo que mi padre diga, el príncipe será rebelde hoy. --Felix sonrió cruzándose de brazos queriendo lucir malo.

--Mi hijo estará honrado de venir entonces, a él siempre le ha gustado la realeza y su deseo es poder pintar alguna de sus obras algún día.

--¡Eso sería genial! El pintor de la familia real no me gusta, es muy monótono. Por cierto ¿Cuál es el nombre de su hijo? --El príncipe sonrió, viendo atención a la mayor.

--Hwang Hyunjin, mi pequeño no tan pequeño.

Argath RoyaltyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora