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-¡Hyunjin mi niño! -La amable señora Hwang corre hacia un alto pelinegro de cabello largo que justo viene llegando en caballo.- Que sorpresa que vengas a este abandonado pueblo.

-Hablas como si no viniera jamás a visitarte, madre. -El joven chico suelta una risa.- Oh, ¿Te estás mudando?

Pregunta cuando sus ojos logran divisar en la puerta de su hogar dos bolsos cargados de, lo que supone, es ropa. La señora mira los bolsos para posteriormente negar con la cabeza y agarrar las manos de su hijo.

-Como sabrás, hay guerra y el reino está involucrado en esta. -Hyunjin asiente sin entender lo que tiene ver con aquellos bolsos.- Los reyes tienen miedo de que sus enemigos quieran matar a su único hijo y...

-¡Oh! Había olvidado estos bolsos, lo lamento mucho Hana noona.

Un pequeño pelirrubio aparece en la puerta y, con algo de dificultad, carga con aquellos dos bolsos antes de volver a entrar al pequeño hogar sin darse cuenta de la presencia de cierto pelinegro.

Por su parte, Hyunjin queda algo anonadado cuando puede reconocer a aquél pelirrubio como el príncipe de Argath. Aquél que había visto en tantos cuadros que estaban ubicados en museos pues la belleza del chico era de admirar. Confundido mira a su madre, esperando que esta le diera respuestas.

-Los reyes creyeron que sería buena idea mantenerlo en el hogar de algún pueblerino. Como sabes yo trabajo para ellos hace años y el rey Minho me confió a mí el proteger a su hijo, nadie sospecharía de una señora que cocina pan para sobrevivir.

Hyunjin frunce el ceño. La idea no le gusta en lo absoluto pues su madre podría ser lastimada si se llegan a enterar que el príncipe está en su hogar.

-Ellos me pagaran mucho por esto e incluso luego de que pase la guerra ellos se aseguraran de que nada me falte. -La mujer termina de relatar los sucesos con una pequeña sonrisa, omitiendo la verdadera historia.-

-Volveré a vivir contigo, madre. -Habla por fin el pelinegro mirando a la señora.- Algo podrías pasarles si se llegan a enterar que el príncipe está aquí y tengo el entrenamiento suficiente para poder protegerlos.

-No es necesario que o hagas cariño, hay guardias ubicados estratégicamente.

—De todas formas lo haré mamá, no tengo problemas con hacerlo.

Hyunjin sonríe mientras abraza a su madre. La idea de que el príncipe se mude con ella sigue sin gustarle pero entiende las razones, luego de esto su madre no tendrá que preocuparse por trabajar de más para poder sobrevivir. Y no es solo el hecho de que el príncipe esté viviendo con ella si no que ha escuchado varios relatos sobre que el chico era un mimado, que su carácter era horrible y que no podía hacer nada por sí solo.

La Mujer no se niega más y ambos caminan hacia el interior de la casa. A penas entran se lo puede ver a el príncipe parado en la pequeña sala que hay en aquella casa.

Su postura es perfecta, digna de ser reconocido como alguien de la realeza, sus manos se encuentran entrelazadas en su pelvis. Su cabello rubio reluce con pequeñas trencitas torpes, su rostro tiene una hermosa sonrisa que se agranda al ver a la amable señora Hwang.

—Príncipe ¿Por qué está parado así en vez de sentarse? —Pregunta Hana acercándose al chico.—

—Es que usted estaba hablando con alguien y no iba a interrumpir su charla para preguntarle si podía sentarme en algún lugar, mejor esperar. —Responde con una pequeña sonrisa.—

—Oh, sí. —La señora se gira hacia su hijo.— Príncipe Felix, él es mi hijo Hyunjin, Hyunjin, él es el príncipe Felix.

Felix sonríe mientras estira su mano para estrecharla con la de Hyunjin sin embargo el último solo hace una reverencia, dejando con un mal sabor de boca al pecoso.

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2021 ⏰

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