Entra un pequeño rayo de luz colándose por un espacio entre las cortinas que logro llegar a mi rostro cubierto parcialmente por las sábanas, incomodándome; y de repente sin ningún aviso mientras intentaba volver a conciliar el sueño después de una larga noche de insoportables sucesos, Azamy entra a mi cuarto tirando la puerta provocando un gran estruendo que me levanta de un salto de la cama y por reflejo tomo la pequeña lámpara d lava que tengo en mi cómoda al costado de mi cama para arrojársela, pero me detengo en el acto al reconocerla.
– ¡Estás loca o qué! – exclamo, con un poco de disgusto y procurando mantener los ojos abiertos por el sueño que todavía domina mis parpados, sin más regreso la lámpara a su posición en la cómoda y me siento en el costado de la cama como si mis piernas no funcionaran haciendo que esta chirriara un poco.
– Relájate, no fue como para que te estés muriendo, o intentes cometer homicidio en primer grado con una lámpara de lava, aunque debo reconocer que es algo original – comenta la castaña conteniendo las ganas de reírse a todo pulmón cubriendo su boca con la mano por la cara de sueño que yo tenía.
– Bueno, no es algo que se pueda negociar contigo, ahora puedes darme una explicación razonable para que no vuelva a tomar la lámpara y luego desaparecer tu cadáver en la noche – mi voz es ronca y cubro mi rostro con ambas manos mientras apoyo ambos brazos en mis piernas y tomando una gran bocanada de aire para luego liberarla.
– ¿que no recuerdas que me pediste que te despertara a esta hora? ¿A dónde tienes que salir? Tú no acostumbras a salir tan temprano con tanta luz condesa vampira – me interroga llamándome por ese ridículo apodo.
–Lo sé, y no te sorprendas mucho; tengo que ir a mi casa, ya llevo todo un fin de semana que no me aparezco, seria natural que empiecen a preocuparse.
– ¿Y eso que tiene que ver? durante la semana los ves todo el tiempo – exclama parada en el marco de la puerta.
– Si, pero esta vez es importante, tengo una cosa que hacer, y además mis padres han estado bombardeando mi celular con mensajes y llamadas todo el fin de semana.
– Stk– chasque la lengua en forma de disgusto la castaña– me sorprende que todavía no sepan la clase de lugar en el que trabajas todas las noches.
Ignoro su comentario, Azamy siempre ha sido muy despreocupada a lo que se refiere la familia, tiene algo de razón estaba muy temprano y podría posponer lo que tenía para hacer esta vez, pero ya lo había pospuesto la última vez, buco mis pantalones skinny jeans negros con aberturas en las rodillas una vez termino de abrocharme el pantalón tomo mis botas negras de estilo militar mientras al fondo se escuchaba la insoportable voz matutina de Azamy.
– ¡Oye! Me estás escuchando – me reclama Azamy.
– Si claro te estoy escuchando todo tu balbuceo, que me encanta como todas las mañanas. – respondo con burla ante su reclamo mientras me terminaba de poner las botas.
– ¿Eso duele sabes? – bufa con un poco de ironía – bueno te dejo voy a ayudar a organizar el lugar nos vemos abajo.
La personalidad de Azamy por lo general es muy extrovertida, es una chica para su edad muy hermosa, de una estatura no mayor al metro sesenta, de contextura delgada pelo castaño que le llegaba apenas a los hombros. Desde que nos conocimos me ha sorprendido de lo fuerte que ha sido y por cómo me ha ayudo a integrarme con los demás.
– Oye, Azamy – llamado su atención antes de que se marchará del cuarto.
– ¿qué? – volviendo
– voy contigo – termino de alistarme colocándome la chaqueta de cuero negro y tomando mi bolso.
Salimos del cuarto en dirección al primer piso donde está el bar en el cual trabajamos, si un bar casualmente e siento atraída por estos espacios de entrenamiento nocturno, llegamos al final de las escaleras encontrándonos con los demás; también se encontraba el viejo Nick, sentado en la misma mesa de siempre con su café de todas las mañanas, estaba haciendo las cuentas de la noche anterior; es un hombre de setenta años pero con un buen físico, parece un pirata de esos que salen en las caricaturas todos musculosos y atemorizantes, de pelo blanco con una pequeña coleta recogiendo su cabello y una barba muy bien cuidada, la cual no deja que nadie, mientras terminaba de colgarme el bolso mi celular empieza a vibrar, Azamy lo nota pero le indico que siga mientras me detengo para contestar.
Me lleva más tiempo del que esperaba la llamada pues continúo sentada en uno de los escalones recibiendo uno de los mejores sermones al despertar, mi expresión lo dice todo pues localizo a Azamy asiéndome señas queriendo saber lo ocurrido, sin más termino la llamada y me dirijo a la barra recargándome sobre la fría madera de pino tallada a mano.
– ¿quién era? – me preguntó Azamy pasándome una cerveza.
– Lyan –respondí mientras negaba la oferta de la bebida –es muy temprano no crees?
– tu hermano sí que es muy sofocante, ¿es policía o qué? – acusa burlándose – además nunca es muy temprano para algo frio.
– Aja lo que tú digas – respondo descargando mi mejilla dejado escapar un gran suspiro.
Durante la llamada telefónica con Lyan mi estado de humor no era el más agradable. Mi personalidad siempre fue directa, no escondía lo que pensaba y también me metía en una que otra pelea, lo cual me trajo muchos problemas con las personas que no eran tolerantes y más si es una muchacha de apenas 17 años que vive la vida como si no tuviera nada que perder; pero las personas que me conocían tenían una opinión diferente, es mi personalidad y aprecian mi forma de ser.
– ¿Sucede algo? Me pregunta Tyler, uno de los muchachos que trabajan en el bar, un joven el cual me ha dicho que no es de acá, de ojos verdes esmeralda que me atrapan, con un cuerpo bastante bien cuidado fácil de decir que va a gimnasio, de pelo castaño pero un poco más intenso que el de Azamy, y con quien comparto un pequeño secreto.
– Nada importante – respondo, esperando que la pregunta muriera solo en él, pero para mi sorpresa mue vuelven a preguntar cosa que me llega a irritar en poco tiempo. las reiteradas preguntas de Azamy resuenan en mi oído, suelo manejarlas bien pero cuando tienes temperamento tan frágil como el cristal la paciencia es un milagro
– ¿Qué pasó ahora, a qué se debe esa cara?
– al hecho de que me bombardeas de la misma pregunta cuando es claro que no quiero responder y ya no me sigas insistiendo, ¿sí?
– que delicada, pero bueno es nuestra querida Kaida de todas las mañanas.
Todos sabían que cuando yo alzaba la voz era la última advertencia para no seguir molestándome, ya que en algunas ocasiones me avían visto reaccionar de una forma no muy agradable. Y que mejor ejemplo que la noche anterior cuando un tipo intento hacerse el listo y termino arrepintiéndose y Tyler lo echo. La única que se arriesga a seguir es Azamy ya que es con la que más he compartido y la cual puede manejar un poco mis cambios, pero los demás se mantienen reservados.
– Solo es un asunto personal que no me salió como quería es todo– Respondí con un enorme suspiro– Voy a salir un rato vuelvo a la hora de siempre–
Me dirijo a la entrada mientras me colocaba los lentes de sol, no me arriesgaría a sufrir lo mismo que la última vez que los deje.
– Voy contigo– menciona Azamy, pero la detengo negándole a su petición.
– voy a ir sola, tengo que ir a mi casa por unas cosas y cambiarme y despejar un poco mi mente, ropa es todo vuelvo después, no necesitó que me dé una migraña apenas despertar.
Salgo del bar quería salir a caminar y recorrerun poco las calles, respirar el frio aire de la madrugada disfrutar, aunque seapor un segundo un silencio natural, pero no contaba con este imprevisto quetermino arruinando todo, una solo llamada y todo un domingo se fue a la basura,tal vez en esta ocasión camine a casa, así podre despejarme un poco antes deque el caos vuelva a reinar mi vida. Nadie de mi familia conoce esta parte demi vida y me asegure de mantener la ubicación de mi casa lo más lejos posiblede mi trabajo, no es la clase de mundo que quiero tener cerca de mi familia dejoque mi mente vague en mis pensamientos a lo que me acomodaba los lentes paraproteger mis ojos del sol, no es que sea un sitio peligroso, al menos para míno lo es se defenderme y las relaciones que he formado me brindan un poco depoder en este sitio, pero quiero mantener a salvo a mi familia todo lo quepuede.
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La Mestiza de Sangre Impura (EN PAUSA)
FantasyLA MESTIZA DE SANGRE IMPURA Kaida una joven de 17 años, nacida en la tierra, excluida por ser diferente a los demás humanos; ha luchado por llevar una vida normal, pero todo eso cambia cuando el linaje de su sangre surge de las cenizas y cambia nuev...