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Las calles durante las madrugada eran muy hermosas, se formaba un temporal silencio que te hacía sentir como si flotaras, pero también tenía otro secreto y era que pasadas unas horas todas las calles llenas de pintores, mimos, cantantes, todo tipo de artistas callejeros, un ambiente muy agradable incluso durante la noche; es un paraíso para los que vivimos aquí y los turistas, fácilmente puedo notar la miradas de las personas que caer sobre mí, puede que ya esté un poco acostumbrada pero aún me hace sentir ajena a este sitio, incluso desde el orfanato hasta cuando ellos me adoptaron.

Camino unas cuantas calles pasando entre las personas que se amontonas para ver a los artistas callejeros o que van apurados para llegar a la parada del autobús y una que otra persona se detiene a mirarme y tratan de alejarse rápidamente, me alcanzo a reír un momento por sus reacciones en sus ojos debo parecer una de las sicaria del barrio, por así decirlo llevo unas botas militares negras, un pantalón skinny jeans negros con aberturas, una camiseta negra básica sin mangas cuello redondo y una chamarra tipo Bikers negra y para cerrar todo el outfit mis gafas oscura y mi pelo corto hasta las altura de mi mentón.

Este mundo en el que vivo por las noches es ajeno al conocimiento de muchos incluyendo a mis padres pues cuando el velo de la noche cae aparecemos nosotros a quienes nos llaman The Nocturnal debido a que usamos negro para escondernos del mundo que se desenvuelve a nuestro alrededor. Este color también nos simboliza nuestro poder, control, independencia y fortaleza interna, muchas de las cosas que me representan y al mundo a que siento que pertenezco. Por algún motivo hoy mi mente divaga por viejos recuerdos que ya avía olvidado o que decidí desechar.

El ruido poco a poco se vuelve molesto así que decido colocar mis audífonos conectándolos a reproductor que hay en el bolcillo interno de mi chaqueta, de la melodía electrónica, me detengo un momento en un cruce esperando a que el semáforo mi celular vibra, cuando la pantalla se enciendo aparece un mensaje.

– ¿todo bien?

– Nada que no pueda manejar.

– nos vemos esta noche?

– dime la hora y el lugar.

– ...

No alcanzo a leer la respuesta pues al sentir las personas pasar por mi costado a lo que guardo el celular y sigo caminando unas cuantas calles antes de doblar la esquina y detenerme enfrente de una construcción la cual unos años atrás llame infierno. El antiguo orfanato donde viví, algunos lo verían como un recuerdo de agradecimiento por aquellas personas que estuvieron dispuestas a darnos un techo a mí y a los otros huérfanos.

– Kaida, ¿estás despierta?

– mmm– refunfuño intentado seguir durmiendo, –no molestes quiero dormir.

– levántate quiero mostrarte algo, vamos sé que te gustara.

– no puedes esperar a mañana...– tomo la sabana y me cubro completa con ella.

– Tu solo abre los ojos, así no veras nada tota– soltando una carcajada.

–es normal que este con los ojos serrados, es media noche los humanos estamos dormidos a esta hora – descubro mi rostro todavía recostada en la cama y ella sentada en la orilla – ¿y a donde me vas a llevar?, a la biblioteca?

– no tonta, esta vez saldremos de verdad.

– que ¡enserio saldremos ¡– respondo entusiasmada sentándome tan rápido como puedo por lo que acabo de escuchar.

– shhhh, que vas a despertar a las brujas– cubre mi boca con su mano para evitar despertar a nuestras demás compañeras de dormitorio.

Nos tiene prohibido deambular por el orfanato después de la seis de la noche, y Myah tiene la mala costumbre de hacer excursiones de media noche donde por lo general siempre consigue arrastrarme a ellas, pero nunca una fuera del orfanato es claro que mi entusiasmo se notara tanto así que procuro seguirle el paso mientras recorremos los pasillos desloados y tenebrosos iluminados apenas con la luz de luna dándole un aspecto más frio al mármol de las columnas.

La Mestiza de Sangre Impura (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora