➳ 5

18 3 0
                                        


La noche empezaba a caer, y el amanecer salía entre nubes, acompañado de una brisa gélida. Sentada junto a Andrew, mirando las estrellas caer, trayendo un nuevo día. Desconocía la hora, era mejor de ese modo. El silencio gobernaba, pero había que admitir que me sentía bastante cómoda. Por una vez en toda mi existencia, tenía un poco de libertad.

Habíamos salido del pueblo, y ahora estamos en una hermosa pradera. Del auto salía una leve música, la mayoria la había puesto yo. Andrew no parecía tener problema con eso, hasta cantaba algunas conmigo. La canción se acabó y fui a poner otra, pero el ojiverde se me adelanto, no dije nada solo deje que colocara lo que quisiera.

Save you de Simple Plan lleno el silencio, conocía esa canción es una de mis favoritas. La melodía, el ritmo y la letra eran perfectas para desaparecer un rato. Empecé a cantarla con los ojos cerrados, Andrew siguió y hay estábamos dos tontos cantando una canción demasiado cursi pero realista.

Deseaba que alguien me salvara, alguien tuviera la respuesta para calmar tanto dolor. Alguien con la capacidad de sacarme de este hueco lleno de suciedad y tormentas llenas de recuerdos. Que, a pesar del tiempo, no se rindiera sin importar, que mi desgracia la lleve para siempre. Deseaba lo imposible.

"La persona que buscas eres tú misma" pensé, y contantemente me lo repetía, esperando que algún día se hiciera realidad. Pero ya estaba tan cansada, que no sabía si iba a poder ganar esta guerra.

No me había dado cuenta de las lágrimas que empezaban a desbordas mis ojos, hasta que unas las secaron. Andrew me miraba con preocupación. Aparte su mano y oculte mi cabeza entre mis piernas. Seguía siendo una niña asustada, una niña que la habían obligado a crecer, arrebatándole su inocencia. Ahora era esto, una persona que solo veía oscuridad en su camino, atrapada en un vacío, ahogando gritos de desesperación.

Sentí unos brazos rodearme, sentía el calor de otro cuerpo junto a mí y no lo aparte. No sé por cuánto tiempo estuvimos en esa posición, sin embargo, aún no tenía la valentía de levantar la cabeza. Mi cuerpo se sentía desgastado, por la falta de una siesta y un poco ansioso por falta de un vicio. Mis ojos se sintieron pesados e hinchados. Poco a poco fui cayendo dormida, siendo resguardada en los brazos de Andrew.

...

Me moví incomoda, y un poco adolorida. Quite unas mantas que tenía sobre mí, mire a mi alrededor y reconocí nada. Estaba en una cama ajena, rodeada de lujos. Me dolía el cuello y no sabía la razón, tampoco tenía sentida estaba acostada en una jodida cama perfecta, era suave y sedosa, era simplemente deliciosa. Había encontrado a el amor de mi vida.

No me asombraba no estar en mi casa, no era mi primera vez. Me levante a duras penas de lo que podría ser el paraíso sin ningún problema. Me fije en un cuerpo descansando en un sofá que estaba dentro de la habitación. Era Andrew el que dormía en él, soltando algunos ronquidos. Decidida a despertarlo me acerqué y moví su hombro, no hubo reacción alguna. Intente implementar un más de fuerza, pero nada. Lo sacudí fuertemente, y el dio un brinco asustado. Sinceramente estaba aguantando una carcajada en ese momento, algo que me fue imposible.

—Buenos días—salude entre risas.

Andrew solo entrecerró los ojos, mirándome fijamente.

—Ahora se volvió costumbre burlarse de mi—reprocho con voz ronca, debido a estar recién levantado—Buenos días—finalizó.

—¿Cómo amaneces?—me burle aún más.

—Con una loca al lado, ¿y tú?—abrí la boca ofendida, mientras él se reía por mi expresión—Veo que bastante bien.

LUMINISCENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora