Libro #1 de la trilogía Perdiciones Adictivas.
Un cuerpo de infarto que hace que todos los hombres caigan rendidos a sus pies, a excepción de él...
Un hombre hecho y derecho un poco humilde pero a la vez el fuego hecho hombre.
El día en que lo cono...
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Cancún, 23 de enero del 2016.
Sorpresa.
Emilia.
—¿Segura que tienes que volver?—me pregunta la mujer que crío y velo por mi casi toda mi vida.
—Si, segura, ya se lo que piensas de él. Pero de todas maneras no cambia el hecho de este casada legalmente con el— le digo a mi madrina para tranquilizarla.
—Te casaste con el por caprichosa y por darnos la contra y ahora estás sufriendo las consecuencias, legalmente si están casados. Por suerte nuestra no te casaste por la iglesia con el—me habla más fuerte de lo normal, mientras yo estoy con la maleta en la mano con la cabeza abajo ya que cada vez es lo mismo, ella cree que me arruine la vida casándome como lo hice con el.
—Fue lindo estar contigo y con mi padrino esta semana, espero verlos pronto. Cuídense y cualquier urgencia me la hacen saber—le cortó la conversación para que no le dé más largas al asunto.
—Esta bien, ve que tienes tres horas de vuelo. Por favor avísame cuando esté en tu piso—se despide mi madrina con los ojos cristalizados por las lágrimas —Te avisaré ni bien baje del avión, no te preocupes. El taxi ya me está esperando afuera—le informo dándole un beso en la mejilla y en su frente.
Y sin más salgo de la casa que les compré, nunca me gustaron las despedidas por más que fueran por un tiempo. Por eso nunca me gustó que me acompañen al aeropuerto, prefiero ir sola, así puedo pensar en todo y a la vez en nada.
La mayor parte de mi vida la pase con ellos y así es mucho mejor, no soy una persona que se va de fiesta todos los días. Mis padres pues la verdad no lo sé, me escape de casa a los ocho años y desde entonces viví con mis padrinos.
Trabajo desde mis dieciocho, gracias a mis padrinos pude ir al mejor colegio militar de New York, ellos me dejaron ir con la condición de que me superaría en la vida.
—Queremos que seas la mejor versión de ti—me confesó mi padrino con lágrimas en los ojos—Se que tu serás una niña muy reconocida, queremos que seas exitosa, no queremos que termines como nosotros—continuó mi madrina con lágrimas en los ojos.
—Estamos haciendo esto por ti, porque te queremos y queremos que seas una mujer de bien—sollozo mi padrino—Les prometo que no los defraudaré y en recompensa, les compraré todo lo que se merecen por haberme cuidado todo este tiempo. Los quiero demasiado.—terminé diciéndoles con lágrimas en los ojos también.
Y cumplí todo lo que les prometí, soy una de las más importantes agentes secretas del FBI. Con lo que me pagan tengo por demás para pagar mis gustos, mis cosas y las cosas de mis padrinos.
Les compré la casa que les prometí en Cancún, ninguno necesita trabajar ya que yo los mantengo, así como ellos hicieron conmigo cuando no tenía a nadie.
