Libro #1 de la trilogía Perdiciones Adictivas.
Un cuerpo de infarto que hace que todos los hombres caigan rendidos a sus pies, a excepción de él...
Un hombre hecho y derecho un poco humilde pero a la vez el fuego hecho hombre.
El día en que lo cono...
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Edrei.
Tentación.
Después de el fiasco de misión que tuvimos todos se fueron a pelear en el gimnasio, entrando como si un secreto de estado estuviera ahí adentro, no me me fue tan difícil descifrar qué estaban haciendo, me puse en marcha hacia el lugar y cuando entre todos se voltearon hacia mi, como si fuera lo peor que pudieron ver en ese momento.
Mi decisión de dejar las cosas así y la curiosidad me ganó más, fui y me senté en las graderías para ver cómo peleaban dos soldados, una mujer y un hombre, aunque Jackson sea un gigante de 1,85 la mujer ganó, con técnica y agilidad, termina esa pelea y comienza otra, la misma mujer, pero ahora contra la capitana Balajar.
Teniendo en cuenta que no la vi en combate aún, es mejor quedarme y ver sus habilidades, entre otras cosas que se puede ver con el conjunto deportivo color canela que trae encima.
La pelea entre ambas dura poco, dejando a la capitana Balajar como ganadora de el combate, todos salen terminada la pelea, es de noche y todos distraídos, apagan las luces y yo sigo adentro, contando los segundos a que regrese por el hoddie que dejó la capitana Balajar.
A los dos minutos ella entra y las puertas se cierran mágicamente dejándola asustada y a mí con más facilidad para desplazarme por la oscuridad sin que lo noté.
Con sus palabras de "súplica" diciendo que no está para juegos tontos.
—Si, si, Jackson, que gracioso, ya prende las luces sabes que no me gusta estar a oscuras—, habla irritada.
—Buena pelea—, habló al fin desde las graderías arriba del pasillo.
—Gracias—, responde dudosa.
—No sabía que tuviera esas cualidades para pelear—digo después de unos segundos, su rostro iluminado por la tenue luz que entra en la ventana denota intriga.
—Bueno, creo que todos la tenemos, si no, no podrían ser soldados de la central ¿No cree?-— cuestiona, mientras yo me voy acercando más hacia ella.
—Buen punto—, respondo y ahora estoy más cerca de ella, se nota lo nerviosa que la pone que esté cerca de ella.
—Muy inteligente— susurro, estando más y más cerca, sintiendo su respiración más cerca mío.
El calor que emana de su cuerpo es acogedor, pese al frío y a ella casi desabrigada es interesante. Aparte de la tentación que me proporciona toda ella, es una mujer muy hermosa, aparte de bella inteligente y fuerte.
—Como me gustaría ignorar lo que está pasando mi cuerpo en estos momentos, pero no soy de restringirme nada, así que—ni siquiera terminó la frase y ya estoy encima de ella con el choque de nuestros labios.
