CAPITULO VII

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Patrick.

Doblegar.

Después de resolver un problema legal bastante grande e ignorar las llamadas de Mara decido contestarle. »La poca comunicación que tenemos es pésima a si que dado el caso apenas y hablamos.«

Las llamadas de Mara me sorprenden, casi nunca llama tantas veces y las pocas veces que me llama y le respondo no es muy agradable, ni para mi ni para ella. -¿Que paso?- le respondo cortante y al momento escucho el suspiro de irritación que suelta.

—Hoy cena, a las siete, Emilia ya sabe, adiós— dice y cuelga al instante »Que carácter«.

Marco el número de Emilia y empieza a sonar, a estás horas ya debe estar un poco libre.

Al tercer pitido me contesta—¿Todo bien?—pregunta relajada.

 —Mara me llamo para decirme algo de una cena, la verdad no le entendí muy bien—me hago al desentendido.

—Lo que si entendí es que tú sabes ¿De que va el asunto?—.

—Mara organizo una cena para cuatro por la llegada del coronel, alias su esposo y quiere que estemos presentes— me dice y ya me comienza a doler la cabeza.

—¿Es obligatoria la asistencia?— le pregunto irritado, no me gusta nada de esto.

—Obligatoria no es, pero es mi mejor amiga, Patrick, solo serán unas cuantas horas. ¿Crees que puedas tolerarlo?, ¿Por mi al menos?—pregunta y me rindo. No tengo escapatoria.

—Está bien, ahí estaremos—le respondo—Nos vemos en casa, tengo cosas que hacer, cariño—le digo más tranquilo.

—De acuerdo, nos vemos en casa, te quiero, adiós— Se despide de mi y cuelga antes de que me pueda responder le si quiera.

El día se me hace más lento que de costumbre, voy de un lado al otro constantemente, de la central a los juzgados y de los juzgados a la central.

En el día tengo como cuatro casos que atender y no me da el tiempo de hacer todo al mismo tiempo.

Son las seis y cuarenta de la tarde y aún no he salido de las oficinas del juzgado, si esto sigue así no iré a la dichosa cena, lo que no es mala idea, pero se que Emilia se enojaría bastante y por ahora prefiero llevar la fiesta en paz con todo.

Después de media hora mas de idas y venidas al final salgo libre y voy directamente a casa para ir a la dichosa cena.

Llego a la casa y no escucho señal de Emilia, —¡Cariño!, ya llegue, ¿Ya estas lista?— pregunto , yo tengo que 'arreglarme' pero le pregunto porque se que en algunas ocasiones tarda mas de lo necesario. 

Subo a nuestra habitación y la encuentro parada frente al espejo del baño terminando de maquillarse, se ve espectacular con el vestido azul que trae puesto »Le queda como anillo al dedo.«

INFRAMUNDO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora