🍃 We're the Wonder Duo! // [katsudeku one-shots] || PAUSADA

🍃 una curiosa paloma

#RetoLiterautas N°5

✏ Escribe una historia protagonizada por una mujer vestida de ejecutiva que da de comer a las palomas en un parque.

☡ FemDeku AU (Deku mujer).

►Extra: No hay límites ni de número de palabras ni de otro tipo.

Créditos a www.literautas.com
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Una bella joven de larga melena esmeralda, idéntica al brillo de sus enormes y vivos ojos, paseaba agotadamente por las calles de Tokio. Acababa de salir de su antiguo trabajo. La habían despedido y estaba tan molesta por ello.

Su jefe era un burócrata total; tenía a todos de cabeza escribiendo y corriendo sin parar en las oficinas. Se aprovechaba del poder que contenía para controlar a los demás a su antojo, y lo peor es que tuvo compañeras y compañeros que seguían a éste como una divinidad, lo cual, para Izuku, era innecesario. El mayor jugaba con la mente de sus trabajadores y les prometía un sueldo y futuro prometedor, pero se trataba de puras farsas.

Ahora, ¿a qué venía su despido?

Según su jefe, Midoriya no permitía avanzar éticamente a la empresa debido a sus interrupciones anti laborales. La realidad era que el dueño del edificio le había retirado de su compañía porque alentaba a sus trabajadores a no hacer caso al cien por ciento de lo que él decía, por lo tanto, para el mayor esto era una molestia.

Sin más remedio, se encaminaba para dirigirse a la casa de su madre. Aún vivía con ella, sin embargo, de a poco se preparaba para abandonarla prontamente, aunque con lo sucedido ya no estaba muy segura si podría llevarlo a cabo.

A modo de consuelo y así lograr calmar la rabia de su destitución ―además de realizar un gesto cariñoso hacia su progenitora―, ingresa en un pequeño mini market para comprar algún bocadillo delicioso y servírselo con su madre al llegar a su hogar. Del negocio se trajo consigo dos trozos considerables de pastel; uno de chocolate y otro de frambuesa, una botella de agua, dos emparedados y un paquete de galletas en oferta.

Trató de no demorar mucho, puesto que no deseaba para nada toparse con la hora pick; aquel frustrante período en el que la gente salía de sus trabajos y cada medio de transporte se hallaba completamente ocupado con cúmulos de personas.

―Agh, por qué me ocurren estas cosas a mí ―se quejó la fémina en voz alta, mientras caminaba frente a un parque.

Se detuvo por unos segundos a admirar el paisaje del lugar. Le parecía que, en ese preciso instante, el sector lucía bastante bello y tranquilo. Sin perder nada, se aproximó a una de las bancas y tomó asiento en ella, asegurándose de que su falda grisácea quedara bien puesta. Se mantuvo por un buen tiempo en silencio sin realizar cualquier cosa, sólo contemplar su alrededor. Fue ahí cuando un grupo de palomas se posaron a unos cuantos metros frente a sus pies. Izuku les analizó con curiosidad. Realmente eran muy extrañas; portaban tonalidades peculiares para tratarse de ese tipo de animal.

―Hola. ―Les sonrió―. ¿Tienen hambre, pequeñas? ―Una de ellas aleteó frenéticamente, era la de color rojizo―. Creo que eso es un sí. ―La de pecas rebuscó en su bolso las galletas compradas con anterioridad, y del envase sacó una de las masas cocidas.

Con suavidad, acomodó el bocadillo partido en pedacillos en el suelo. Las palomas de pelaje azabache, rubí, amarillento y bicolor picotearon del alimento gustosas. Sin embargo, había una de ellas que ni siquiera se inmutó ni esmeró en sacar una mínima cantidad de la merienda.
Sus orbes eran de un profundo carmín, y su plumaje era un hermoso rubio cenizo, muy reluciente y bastante inusual.