Capitulo 1

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Por un momento, trasladémonos al año 1966, a Antalya, Turquía, un joven Daniel Ferdinand, de 19
años, tiene su cabello castaño oscuro, 1,77 metros de estatura, sus ojos pardos, cosas que lo caracterizaban cuando tenía esa edad; junto a su compañero italiano Federico "Deco" Silvestri se adentran en un subterráneo dentro de una mezquita o templo Islámico, con unas linternas se dirigen al final, Deco está muy asustado, Daniel también, pero la controla mejor, de pronto Federico se tropieza con una rata y grita del susto.

-sshhhhh.... Baja la voz... nos pueden encontrar- dijo Daniel, levantando a Federico del suelo

-Lo siento Daniel, nunca había entrado en una mezquita... estos lugares dan miedo...- decía Deco, sacudiendo el polvo de sus pantalones

-se ve que nunca has entrado al Vaticano... esa cosa si da miedo...- respondió Daniel

-¿Por qué estás seguro que puede estar por aquí?- preguntó Deco

-Ya escuchaste a Olivetti, Antalya es un lugar perfecto para ocultar algo, aquí los cristianos no son muy bienvenidos que digamos... y esta es la mezquita más cercana...- razonó Daniel.

Después de un rato se acercan hasta una compuerta que daba a un templo subterráneo abandonado, donde inclusive hay esqueletos de personas que visitaron ese lugar, Federico quiere de inmediato pasar adentro de la cámara, pero Daniel lo detiene.

-Déjame pasar, Daniel- exigió Federico

-Espera... debe haber una buena razón por la que este templo ha estado abandonado tanto tiempo...- dijo Daniel, observando que debajo de la alfombra del templo hay una serie de púas afiladas, que obviamente le causarían a cualquiera que se clavara los pies y el resto del cuerpo, entonces arranca un pedazo de tabla de los costados de la entrada, entonces improvisa un puente hasta el final de la cámara, donde había un altar a Alá, dios de los Islámicos, al estar frente al altar, Daniel saca las figuras que hay alrededor, para luego encontrar una caja con el símbolo del Vaticano, dos llaves cruzadas, entonces al encontrarlo Daniel está deseoso de abrir la caja azul, entonces la abre y ve que ahí estaba lo que tanto buscaba: un libro llamado : "Motus transiit a commistione fermenti", del latín: "Movimientos de masa cruzados", por Nicolas Copérnico, Daniel está únicamente concentrado en admirar al objeto que han rescatado, sin embargo Deco empieza a sentir unos pasos, al parecer son de algunos hombres armados, entonces decide alertar a Daniel.

-Daniel... - decía Federico tocándole la espalda a Daniel- ... Daniel.... ¡Daniel!-

-¡¿Qué pasa Deco?!- exclamó Daniel

-Siento pasos ... creo que alguien nos ha seguido...- respondió Federico

-Saca tu pistola... úsala solo para defendernos... jamás atacar- dijo Daniel

De pronto llegan tres hombres vestidos de negro, con símbolos dorados en las solapas de sus trajes que representaban al Vaticano, uno de ellos era español, era Marcos Córdova.

-¡Se acabó, Ferdinand!- decía Marcos mientras apunta a ellos con una pistola- entréguenos el cofre y nadie saldrá herido-

-Les sugiero que no den un paso adelante... o sufrirán las consecuencias- advirtió Daniel

-¡Somos tres armados contra solo un armado!... llevamos ventaja- dijo arrogantemente Marcos

-¡por favor no avancen!- solicitó Daniel

-¡Quien te crees tú para ordenarme qué hacer! ¡adelante! ¡arréstenlos!- ordenó Marcos. Junto a sus hombres avanzaron un paso adelante, pero sin darse cuenta de las púas del piso, que era una trampa mortal, los tres literalmente se clavaron los pies, pero los compañeros de Marcos sufrieron daños fatales por clavarse el resto del cuerpo a las púas, pero Marcos solo se clavó el pie, desde el suelo trató de disparar a Daniel y Deco, mientras que estos dos se deciden por escapar.

-¡Deco, vámonos de aquí! ¡toma la caja y dame el arma!- exclamó Daniel. Federico obedece y los dos salen corriendo por el subterráneo de la mezquita, corren tan rápido como pueden, hasta llegar a la superficie, donde salen por una ventana, al estar por fin en la calle Daniel guarda su arma y Deco se asegura de tener la caja bien protegida, entonces corren hasta la plaza más cercana donde Víctor Olivetti los espera con tres caballos, él está montando uno de ellos, cuando se acercan Deco y Daniel, Víctor los recibe.

-¡Gran trabajo, chicos! No esperaba verlos en una sola pieza- saludó Víctor

-por poco llego cojo, ¿verdad, Daniel?- respondió Federico cuando se montaba a uno de los caballos

-Te habrías salvado igual, Deco ... ¿tienes la caja?- dijo Daniel subiéndose a "Bucefalo", su caballo personal

-... aquí está el tesoro- respondió Federico sacando la caja azul de su bolso de cuero y enseñándoselo a sus compañeros

-será mejor que nos vayamos ya de Turquía, Dan Braxley nos espera para llevarnos de regreso a Italia...- respondió Daniel

-¿no quieres quedarte unos días más en la Toscana?- preguntó Víctor

-Me encantaría, Víctor, pero debo llevar de regreso a Silvestri a Los Ángeles, tenemos trabajo que hacer- contestó Daniel

-Así es... pero si nos necesitas otra vez sabes que puedes llamarnos- agregó Federico

-Víctor, Deco, vámonos, conozco el camino al aeródromo- dijo Daniel, luego se dirige al caballo, a Bucefalo- ¡Arre!-

Los tres personajes se retiran cabalgando a caballo con dirección hacía el aeródromo en las afueras de la ciudad turca. Daniel, Federico y Víctor avanzan sin detenerse hasta llegar a los campos herbosos cercanos a un terreno baldío donde Dan Braxley los espera en una avioneta. Ahora, regresamos al año 2010, y Daniel ve una foto de esa aventura, donde sus amigos: Dan Braxley, Federico "Deco" Silvestri y Víctor Olivetti aparecen junto a él, en una foto en blanco y negro, un ya mayor Daniel Ferdinand, de 63 años, observa con una gran sonrisa esta foto, recordando con nostalgia aquella aventura de sus días de su juventud.

El Monte de la Eternidad: En Busca del Santo GrialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora