Capitulo 29

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Mientras tanto Daniel y sus compañeros se dirigen al bosque. Pasado un rato se detienen.

-¿Por qué detienes el auto, Daniel?- preguntó Josephine

-Tengo un raro presentimiento...- respondió Daniel

-¿Será por esos guardias vaticanos que atacaron a Ted?- dijo Izak

-No es por mí, es por Ted... el me contó que logró entrar a la tumba de San Pedro... temo que le hagan algo- comentó Daniel

-El ya es grande, Daniel, vieras la cantidad de cosas que ha hecho a costa de su vida...- respondió Izak

-Tienes razón... bien, bajemos aquí, debemos buscar algo que parezca una entrada, tenemos mucho tiempo por delante- dijo Daniel

-Yo no diría eso, Daniel... mira por allá ... parece que tenías razón... son unos automóviles blindados de color negro- comentó Vanessa

-Jossie, Vanessa, tomen el automóvil y déjenos a nosotros aquí- dijo Daniel

-¿Que pretendes?- preguntó Vanessa

-Se lo que quiere hacer Ferdinand, hagámosle caso- aseguró Izak

-Pero Daniel, ¿y si te pasa algo?- dijo Josephine

-Cariño... estaremos bien, ustedes busquen a Ted y los muchachos... vámonos, Zaki- dijo Daniel. Junto con Izak se bajan del automóvil, mientras Vanessa y Josephine se retiraron en su automóvil. Mientras los dos se colocaron bajo un árbol, enfundando sus pistolas en sus chaquetas, luego de sentarse empiezan a conversar

-Vamos a esperar un rato, si no aparecen esos guardias del Vaticano, nos movemos- dijo Izak

-Paciencia, mi amigo, de vez en cuando debemos jugar con la carnada para atrapar al pez... Izak... esto es como volver a casa- dijo Daniel

-¿Por qué lo dices, Ferdinand?- preguntó Izak

-Volvimos a nuestro elemento... las aventuras... y esta bien pudiera ser... la última...- respondió Daniel. De pronto se acercan 10 guardias vaticanos, comandados por Marcos Córdova, quien dispara al aire para llamar la atención de Ferdinand y Barnaard.

-¡Nos volvemos a ver, Ferdinand!- exclamó Marcos, acercándose a Daniel

-¡Han pasado muchos años! ¡Parece han hecho estragos en tu apariencia!- respondió Daniel

-No sabes cuanto tiempo he esperado esto...- decía Marcos, mientras uno de los de la guardia suiza levanto su pistola, con intenciones de matar a Daniel, pero Marcos lo retuvo- ... ¡No!... no lo mataremos... aún... nos quedaremos aquí y "charlaremos" ... como los buenos amigos que somos- decía Marcos sarcásticamente. 

El Monte de la Eternidad: En Busca del Santo GrialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora