capítulo 22 (De vuelta a casa)

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Pasados los dos meses, el Sr. Brown recibió al fin una carta de la Srta. Higgins donde le explicaba que la Sra. Margaret no se encontraba bien de salud, y que por ese motivo se habían visto obligadas a posponer su viaje hacia Milton, en la misma carta, Mary le pedía a Robert que tuviera la amabilidad de comunicárselo al Sr. Thornton, sin alarmar a su amigo.

Mary se habia visto en la necesidad de escribir esa carta, porque el estado de Margaret no había mejorado del todo y concluyó que su esposo tenía el derecho de saber la verdad.

Lamentablemente la carta tuvo el efecto contrario al que esperaba.

_¿Que es lo que ha escrito exactamente?, preguntó John exasperado caminado de un lado a otro, _¿Está enferma?, ¿Es grave?, ¿Por que no se me lo ha hecho saber?, Preguntó enfurecido en dirección a su amigo

_No lo sé, declaraba el aludido levantando las manos, impotente por no tener las respuestas que su amigo le demandaba _no lo específica, toma, léelo tu mismo, le dijo mientras le hacía entrega de la carta.

_¿Debo ir hoy mismo?, preguntó el Sr. Thornton angustiado, después de leer las primeras líneas

_Déjame ir a mi a Londres, volveré el mismo día y llegaré a tiempo a cerrar el trato, se ofreció Robert.

Él negó con la cabeza _No, iremos y regresaremos el mismo día, voy a la fábrica avisar a Higgins y sin perder ni un segundo se precipitó a trompicones hacia su oficina e hizo una reunión urgente con sus capataces, mientras su colega hacia lo mismo.

El mismo día que Mary mandó la carta, Margaret se había repuesto y había recuperado un poco las fuerzas que había perdido, sin embargo la anemia aún persistía y el tratamiento la había dejado un poco débil.

_¡Mary!, le llamó Margaret a su amiga que nunca se apartaba de ella.

_Dígame Sra. Margaret. Se incorporó para escuchar cualquier petición que ella le hiciera.

_Has escrito a John ¿A que si?, Inquirió su amiga y al ver la cara de esta, no tuvo dudas al respecto

Mary dió un respingo y confesó tímidamente

_Lo cierto es que le escribí a Robert, y le conté las razones que nos retenían en Londres, lo siento tanto, querida Margaret, pero ¿Qué podía hacer?, Su situación es cada vez más delicada y su esposo no me perdonaría si algo le llegase a pasar en su ausencia, yo..

_Lo sé tranquila no debes sentirte culpable, lo más seguro es que yo hubiera hecho lo mismo, le sonrió para tranquilizarla _que pena que aún no esté completamente recuperada a estas alturas, estaríamos en nuestro hogares, agregó con voz soñadora.

_Se pondrá bien, el médico ha dicho que le da unas semana más y podremos volver. Declaró Mary con esperanzas

Margaret se removió en la cama un tanto incómoda _Eso espero, no deseo que esto traiga consecuencias a los proyectos de John, ni a tus planes de boda Mary, no me lo perdonaría, confesó con preocupación

Mary le quitó importancia con un gesto de su mano.

_No se preocupe Robert en su caballero muy paciente y bondadoso, sabrá comprender la situación.

Margaret sonrió con ternura _Veo que tienes una alta opinión de tu Sr. Brown, me alegro, compuso satisfecha.

Mary se sonrojó.

El Sr. Thornton y Brown llegaron a Londres a la mañana del día siguiente de haber recibido la carta, alarmados de camino, John solo podía contemplar los peores escenarios en su cabeza.

Al llegar al fin a Harley Street, contemplaron un ambiente tranquilo y sosegado al que habían imaginado.

_¡Sr. Thornton!, exclamó Dixon, menos mal que está aquí. Le Recibió con alivio la doncella, haciéndolos pasar al recibidor

Norte y Sur Secuela (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora