Progresa adecuadamente

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El panorama que se encontró al volver, tenía más pinta de fiesta de pijamas que de habitación de hospital.
Habían corrido la cortina que dividía la habitación en dos, y Brisa se había mudado de su cama a la de su compañera, que la mostraba orgullosa, todos los huecos que había llenado en su álbum de cromos de La Liga.

Observándolas, sentados en el borde de la otra cama, estaban Flavio y Eva. Ambos la saludaron con un movimiento de cabeza al verla entrar, y esta última se acercó a abrazarla.

— ¿Que tal tía? ¿Más tranquila? — se preocupó la gallega.

— Pues si la verdad, además que no me ha visto ni entrar, pinta bien la cosa. — dijo la rubia refiriéndose a su hija.

Brisa despertó poco después de que su madre marchara, bastante más animada, gracias a que el antibiótico le había empezado a hacer efecto. Un rato más tarde, llegó Eva, que fue la responsable de armar la fiesta. Trabajaba con niños, así que no le costó nada idear algo para entretener a ambas niñas.

— ¡Mira mamá! — Agitó la mano entusiasmada, mostrándole sus uñas recién pintadas.

— ¡Ala! ¿Y esto?

— Me las ha pintado Eva ¡y a Carla también!

— ¡Que guay! Encantada Carla, yo soy Samantha — tendió la mano para saludar a la niña, que se la estrechó entre risas. — Que chulo el álbum, ya lo tienes casi completo ¿no?

— Me quedan súper pocos huecos, es que lo comparto con mis hermanos, por eso tenemos tantos. También tenemos un montón repes, pero se los han llevado al cole para cambiarlos. Del Atleti ya los tenemos todos, es nuestro equipo favorito.

— ¡Yo soy del Barça! ¿A que si mamá? ¡Me lo dijo el abuelo!

Toda la habitación rió por la ocurrencia de la niña y esta, continuó haciéndole preguntas a su nueva amiga, que para tener 6 años, se sabía las alineaciones de casi todos los equipos del álbum.

— Voy a por un café, ¿queréis algo? — preguntó Flavio levantándose y cediéndole el sitio al lado de Eva.

Mientras el murciano bajó a por cafés para todos, la gallega aprovechó para interrogar a su amiga.

— Que lleváis más de 24h juntos sin discutir, es que en cuanto salga compro lotería chorbo.

— Bueno solo hubiese faltado eso, me ingresan a mi.

— Joder pero enserio, que es todo un logro eh. ¿No te da que pensar?

— ¿Pensar en qué?

— Joder tía, que igual no estabais tan mal juntos.

— Si claro, ahora mismo iba a hacer una lista de pros y contras. — dijo la rubia sarcásticamente — Si no sé ni si he echado la llave al salir de casa Eva, ¿cómo voy a pensar en eso?

— Ya... si lo sé... no te enfades Sam...

— No me enfado... pero es que no entiendo por qué insistís tanto. El otro día Nia igual, parece que no os acordéis de lo mal que lo pasamos los dos.

— Claro que me acuerdo, pero te lo he dicho muchas veces, no creo que lo más duro de aquella época fuese estar juntos, precisamente.

Y llevaba razón, ninguno de los dos hubiese sobrevivido a tanto estrés sin la ayuda del otro. Su único objetivo entonces, era no endeudarse de por vida, mientras aprendían a cuidar a un bebé de meses, que no es tarea fácil, sabiendo que estaban los dos "solos" en Madrid.

Puede que no sea tan complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora