Para creer lo que voy a contarte tienes que hacer algo primero, tienes que creer en lo imposible, ¿puedes hacerlo? Bien. Mi nombre es Madeline West, pero pueden llamarme Maddie, y esta es mi historia, Bueno mía y del hombre más veloz que existe.
ºº...
Estábamos camino a la estación del tren, donde Barry se enfrenta a Snart. El terco había apagado el micrófono por lo cual no tenemos comunicación, pero Felicity nos convenció que no debemos dejar solo a nuestro compañero.
-si...tienes razón, mejor llámala, que no la quiero ver enojada, tuve suficiente con lo de hace rato...-me respondió Cisco fingiendo un escalofrío
-Maddie, Barry apagó el micrófono y fue a enfrentar a Snart-dije en cuanto respondió-vamos en camino a ayudarlo
-¿¡QUÉ?! Maldito terco-la oí susurrar la última parte-mándame la ubicación, voy para allá-y sin más colgó, yo le mande rápidamente la ubicación, creo que a Barry se le va a armar una grande con Maddie
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-suéldala!-exclamó Cisco, apuntándole, mientras yo estaba unos pasos atrás junto a Felicity-es un prototipo de arma. Cuatro veces más grande, cuatro veces más poderosa.
-me preguntaba a quien le hablabas-dijo Snart
-oye, a menos que quieras que te dispare, ríndete ya
-te tiemblan las manos. Jamás has asesinado
-siempre hay una primera vez, capitán frío.-Cisco y sus nombres raros-te dispararé
-no se te ocurra disparar-hablo una voz del otro lado de donde estábamos llamando nuestra atención, era Maddie, con un arma, okey...peligro-¿vez esto Snart?-dijo apuntando a su celular-con esto hackeé tu arma, si aprietas el gatillo, el frío todavía se va a crear, solo que ya no va a salir, y será como una bomba, peligroso solo para quien lo porta, claro está
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-no puedes hackearlo
-es tecnología, en forma de arma, pero al fin de cuentas tecnología-dijo apareciendo una sonrisa en su cara