𝘵𝘩𝘳𝘰𝘶𝘨𝘩 𝘨𝘭𝘢𝘴𝘴 (窓から) || 𝘵𝘸𝘰𝘫𝘢𝘦 ⁽ᶜᵒʳʳⁱᵍⁱᵉⁿᵈᵒ⁾

𝙧𝙤𝙠𝙪 (六); 𝙨𝙩𝙧𝙤𝙠𝙚𝙨 𝙞𝙣 𝙢𝙮 𝙨𝙠𝙞𝙣

YoungJae comenzó a trazar el boceto sobre el lienzo, su cerebro y su corazón estaban desconectados, dejando que las manos regordetas hicieran su trabajo en aquel espacio en blanco sin problema.

—¿Qué perspectiva usarás? —preguntó un poco inquieto el alfa, moviendo su pequeño banco al lugar que el artista le había pedido.

—Te dibujaré de perfil, ¿si? Ahora deja de preguntar tanto, siéntate y quédate quieto. 

Las mejillas de YoungJae ardieron unos segundos cuando se dio cuenta de lo que había dicho. 

—Lo siento, no quise ser tan-

—Uy, me tocó un artista bien mandón. Me gusta, está bien. ¿Qué lado de mi cara dibujarás? 

—Izquierdo —contestó de inmediato.

Pasaron unos segundos en los que JayB acomodó su banco. El fondo que habían escogido era la pared del fondo del salón, que estaba un poco rayado al ser el aula de arte. A YoungJae le gustaba el pequeño desastre que hacían las líneas de colores sobre la pintura blanca y la manera en la que combinaba con la figura de su modelo. Estaba descubriendo un lado de sí mismo que nunca había visto antes. Su yo artístico, que si bien siempre había estado ahí, nunca se había podido expresar bien. Era un poco perfeccionista y obstinado, pero hacía su trabajo bien.

—¿Así? —preguntó moviéndose un poco en el banco para luego quedar sentado en la posición que el omega le había pedido.

Una de sus piernas colgaba del banco y la otra se apoyaba en una de las pequeñas patas transversales. Su cabeza miraba algún punto medio entre el techo y el suelo, buscando lo que había entre el cielo y el infierno con una expresión seria. La luz que venía desde la espalda de YoungJae, se repartía uniforme sobre su cuerpo. El fondo blanco solo hacía todo mejor.

Pero faltaba algo. Algo que complementara su imagen con esa chaqueta de jean y los pantalones azul marino. Miró a su alrededor, buscando aquella pieza que supliera el rompecabezas que tenía enfrente.

Paseó su vista por toda el aula, y justo cuando pensó que tal vez debía devolverse a su casa a buscar algo, encontró la cabeza inquieta de su amigo peliblanco, que tenía puesta una hermosa boina gris oscuro.

—Oye, JB, espérame aquí un segundo.

—Seguro que sí, pero no te tardes mucho.

YoungJae le sonrió alzando sus pulgares, para luego correr al lugar de su amigo peliblanco. Se sentía un poco incómodo llegando sencillamente a pedirle algo al tailandés, así que escogió entablar una pequeña conversación antes de decirle lo que realmente quería.

—¡Hola Jae! —saludó Lisa, quién aparentemente era la compañera de BamBam. Estaba sentada en el piso, con una flor en su cabello— ¿Qué tal? No te había visto por aquí.

—YoungJae llegó tarde —dijo BamBam, haciendo un trazo largo sobre el lienzo, quien suspiró, se veía algo estresado—, tal vez sea por eso. 

—Si... Si no hubiese sido por SeoHo ni siquiera hubiese llegado a tiempo a la clase.

YoungJae se detuvo atrás de Bambam, observando como él dibujaba su boceto. Su amigo también era bueno con las formas.

—¿Con quién se puso SeoHo? —preguntó la fémina.

—Con Ann —contestó el peliblanco.

—Ann y SeoHo siempre están juntos, no me sorprende, se parecen bastante —agregó YoungJae—, sería de esperarse que se volvieran novios. 

—¿Con la fea esa? Dudo mucho que SeoHo tenga la vista tan dañada.

A ambos les causó gracia el tono envidioso que utilizó Lisa para decir aquello.