Después de recorrernos la isla de gran bretaña de una punta a la otra, por fin llegamos al internado de Londres.
Yo ya había viajado anteriormente a Gran Bretaña, aunque no recuerdo muchos momentos aquí ya que solía venir más en mi niñez, aunque lo que nunca se me olvidará son los pesados días de lluvia y la abundante nieve en invierno, este clima es lo peor comparado con el sol de Los Ángeles, enserio.Des de la puerta exterior, puedo ver el edificio principal, es enorme, de unos tres pisos. Luego se le añaden otros por los extremos con las mismas características. La morada es de tochana roja y alrededor hay un inmenso jardín bien cuidado con una fuente enorme en el centro.
Después de entrar, la señora que me trajo hasta aquí la cual desconocía el nombre por completo, me conduce hasta la parte trasera del internado.
Allí también sigue el jardín espectacularmente verde y bonito, solo que este tiene una mancha negra en el centro que lo estropeaba todo. Hay un buen número de personas aglomerado allí y no tienen pinta de ser buenas precisamente, digo mancha negra porque todos visten un mismo uniforme negro; los chicos pantalón y camisa y las chicas falda con medias y camisa, ambos con corbata y zapatos a juego.Nos acercamos sigilosamente hasta ellos para acabar siendo el centro de atención en cuanto el profesor me ve, sobretodo por el rojo intenso de mi vestimenta.
—¿Tu nombre?—todos me miran como si fuese un bicho raro, ya comenzaban a sudarme las manos.
—Abi—Mira su lista con las gafas puestas y de nuevo me observa.
—¿Watson?— Asiento agradecida de que no dijera mi nombre.—Bienvenida señorita Watson.—Me señala el semi círculo de personas a mis espaldas y se mueve hacia atrás para empezar a hablar.
Prefiero colocarme en un extremo, está claro que estos no son adolescentes igual que yo, no debo olvidarme de los posibles crímenes que ellos sí que han cometido.
—Hola a todos, yo soy Harry, bienvenidos a nuestro programa para la gestión del comportamiento adolescente. Muchos de vosotros habéis ingresado al centro esta última semana y hoy a entrado nuestro último ingreso así que vamos ha hacer un rápido ejercicio para acabar de conocernos todos.
—¿Es necesario volver a hacer esa mierda?—un chico que no logro ver, habla por mi derecha a lo lejos.
—Se que os gusta tanto como a mi, pero se ha de hacer.
—Menuda gilipollez.—resopla de nuevo el mismo.
—Empecemos por ti entonces señor Adams.- le señala y moviéndome ligeramente hacia la derecha, puedo verlo.
Tiene el pelo oscuro pero con reflejos castaños que con su corte de pelo quedan aún más expuestos, más abundante de arriba y corto de los lados.
Ese peinado le queda realmente bien, aunque eso no es lo que más destaca de él en absoluto.Sus ojos que se perciben a quilómetros, son claros y quedan envueltos en unas pestañas envidiables.
Es realmente alto y corpulento, debe de pasarse horas en el gimnasio ya que por encima de la tela blanca de su camiseta se puede diferenciar cada uno de sus abdominales bien trabajados como también alguna mancha de tinta.
—No me jodas Harry, tengo 5 años menos que tu.—algunos ríen tras su comentario. Soy Elián, tengo 19 años prácticamente y estoy aquí porque trato de no ir a la cárcel.—supongo que esa no es la respuesta que nadie se esperaba. Harry lo deja pasar y continua con el siguiente. Después de su patético discurso, algunas de las chicas soltaron risitas.
—Mi nombre es Blaze, tengo 18 años y estoy aquí porqué robé un equipo de estudio de la universidad.—Oigo a Elián y alguno de los chicos con los que esta, burlarse de ello. Me encantaría escuchar lo que él hizo, quizás no lo dice porque es patético.
