Would you put a little spice on me? || larry oneshots

3. i need a haircut

🍁 versatilidad
🍁 no hay penetración
🍁 dirty talk
🍁 sexo casual
🍁 frotación, toqueteo

Harry miró la dirección en su teléfono una vez más antes de tocar timbre. Liam le había dicho que su amigo iba a estar atendiendo en la casa porque en el local estaba teniendo... problemas, o algo así. Daba igual, mientras el trabajo estuviera bien hecho.

Por otro lado, Louis estaba algo estresado ya que sus hermanas le habían pedido prestado el local para que les hagan los maquillajes a ellas y sus amigas, algo para una sesión de fotos o eso entendió. Por ende, había llevado las cosas que necesitaba a la sala de su departamento y poder seguir atendiendo hasta que ellas terminaran, que sería mañana más o menos.

Cuando escuchó el timbre, se secó las manos con una toalla y corrió a abrir la puerta. Liam le había dicho que iría un amigo suyo el cual, al parecer, jamás había pisado una peluquería.

No sabía como era el chico, pero con ese dato, se hacía la idea de un hombre con barba y el cabello descuidado, seco y destruido.

Pero no, porque el destino puede amarlo algunas veces, como ahora.

Abrió la puerta encontrándose a un chico de su edad más o menos, ojos muy verdes y hoyuelos que acompañaban una sonrisa tímida. Era alto, de hombros anchos y abdomen fino, la mandíbula marcada y la nuez de Adán moviéndose a causa de tragar saliva.

Y lo más importante: su pelo largo, rizado y muy brillante, de un color chocolate hermoso y parecía tan cuidado que dudaba de que realmente necesitara algún tratamiento reparador. Se quedó hipnotizado.

A la vez, Harry no conocía al peluquero amigo de Liam. El castaño le había dicho que era muy bueno y profesional, que sus trabajos eran impecables. Él jamás había asistido a un turno en una peluquería, su hermana o él mismo eran quienes cortaban o lavaban su cabello, y como nunca se había teñido no estaba lastimado de ningún modo, su pelo era virgen y estaba perfecto. Pero ahora tenía ganas de probar, así que planeaba tener un tratamiento de brillo y refuerzo además de, quizás, un pequeño corte.

Claro que no esperaba que el peluquero sea tan hermoso. Ojos azules tan perfectos, cabello marrón y rebelde con los costados muy cortitos, apenas más bajito que él, cuerpo de ensueño, sonrisa adorable y pómulos intimidantes. Estaba embobado.

— H-hola - carraspeó - soy Harry, tengo un turno.

— S-si, pasá bonito - se corrió de la puerta, dejando que el rizado, rojo hasta las orejas, entre y luego cerró. - Louis, un gusto - estrecharon la mano.

— Igualmente - sonrió. Louis se perdió en su sonrisa otra vez.

— Y decime, Harry - se acercó a la mesa donde estaban sus cosas, a un lado del espejo. A unos metros estaba el lavatorio - ¿Qué querés hacerte?

— No sé - se encogió de hombros - quería algo que me deje el pelo, emm brillante y cortarlo un poquito.

— ¿Cortarlo? - preguntó indignado. Harry frunció el ceño, confundido. - Perdón, es que tenés muy lindo pelo.

— Gracias - se sonrojó, de nuevo.

— Pero bueno, mi trabajo es hacer lo que vos quieras - le guiñó el ojo y agarró una botellita - te voy a lavar el pelo primero con shampoo neutro, ¿dale?

— Sí, está bien - asintió "avergonzado". Louis se mordió el labio, no podía controlar su cuerpo pero ver a Harry lo encendía indudablemente. Sacudió la cabeza.

— Joya, sentate ahí - señaló el lavatorio - así te lavo.

Harry se sentó donde le dijeron y tiró la cabeza para atrás, dejando que Louis prenda el agua tibia y comience a lavarlo. Harry cerró los ojos porque era realmente relajante la sensación de los dedos de Louis en su cuero cabelludo, y eso lo llevaba a imaginar mil cosas más subidas de tono con el lindo peluquero. Louis no dejaba de mirar los gestos complacidos de Harry y, no era su culpa pero sus hormonas lo hacían reaccionar.