Capítulo 9

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Metafóricamente cuando eres una mujer adolescente y con toda una vida por delante te imaginas cómo sería el hombre ideal o tu prototipo de chico perfecto. Muchas suelen decir que alto, con barba o con muchos tatuajes, divertido, extrovertido, características netamente físicas.

A mí que me había enamorado de una chica ya no me quedaba nada claro, los chicos me daban igual y sinceramente no tenía un prototipo de la chica ideal. Muchas personas dicen que la mujer ideal es esa que atesora todas las cualidades y perfecciones distribuidas entre las demás mujeres, a la que flota sobre la generalidad, a la que puede servir de arquetipo. A no era una chica perfecta, o puede ser que si lo fuera un poco, cómo no definirla de perfecta si soportaba cada uno de mis cambios de humor diariamente. Eso era más que un elemento suficiente para decir que era perfecta, pero bueno no tanto.

Noches felices y días tristes, así transcurrian nuestras vidas, ella en su mundo y yo en el mío, amándonos aún a 400 km.

-Amor, que es para ti la felicidad?- le pregunté.

-Es aquello de saber que tengo todo lo que necesito en mi vida, mi familia, mis amigos, tú amor, tú también eres mi felicidad!!! ¿y para ti amor, que es la felicidad?

-Amor no creo en la felicidad- contesté.

-Eso es tonto princesa, todos creemos en la felicidad.¿Por qué dices eso?- pregunto en tono curioso.

-Desde la manera en que lo veo la felicidad no existe. Ahora estamos hablando y estoy feliz, pero dentro de 5 minutos cuando me cuelgues volveré a estar sola con mis pensamientos y me sumire en mi mundo, en mis problemas y en mi tristeza. - sin dudar contesté.

Ella se sentía confundida, podia notarlo en su voz, relativamente la felicidad es solo algo sustancial y quería que me entendiese para que comprendiera mi punto de vista.

-A ver amor, cuando sales de fiesta vas con todas tus amigas pero a una de ellas esa noche sus padres no le dan permiso de salir, y casualmente es ella con quién mejor te la pasas. Indiscutiblemente la pasarás bien pero nunca como cuando ella está. A veces la felicidad son momentos, son personas y no es un sentimiento que se mantiene intacto durante toda tu existencia. Pasamos más tiempo tristes que felices, porque la vida y sus pendientes nos obligan a eso. ¿Ahora me entiendes amor?

Está vez había dejado su boca sin palabras, imaginaba que estaría tratando de procesar tanta información verídica pero diferente para ella.

-Amor, sabes que? Mejor cambiemos de tema!!!.
¿Sabes que es lo que más deseo en este momento?- su voz se escuchaba muy sensual y provocativa.

-Soy toda oidos- conteste!!

-Deseo tenerte ahora mismo aquí, haciéndome cariños en la panza y subiendome la temperatura a un nivel superior.

Joder pero que le dió a esta niña, cómo de hablar de la felicidad me cambia para hablar de sexo.

¡Me encanta!- pensé.

-A ver amor, y dónde se supone que deberían estar mis manos en este momento.

-Dentro de mi pantalón, y tus dedos entrando y saliendo constantemente. Estoy mojada amor!!!

-Mira cómo me acabas de poner.

*Envío una foto*
*Ella envía un vídeo*

-Dios mío amor, estoy muy cachonda.- le respondí al ver aquel vídeo.

-Esta vez quiero que seas tú quien se toque para mí, quiero que seas mía, quiero sentir que deseas que esté ahí tocandote, quiero escucharte gemir.- me dijo.

No pude resistirme, introduje mi mano entre mis piernas, mientras poco a poco las iba abriendo para así tener más paso libre de poder tocarme con mayor facilidad. De mi boca solo podía salir su nombre, quería que fuera ella quien estuviera haciéndolo, que me pidiera que fuera suya, pero mientras más la pensaba más intensamente entraban y salían mis dedos.

*Le envío audios*
-Amor, me estás matando con esos audios, déjame verte, necesito verte. Llámame por video por favor.

*Videollamada en transcurso*
-no puedo amor, así no puedo tocarme, te mando un vídeo mejor.- le dije instantáneamente al intentar tocarme mientras sonstenia el teléfono en mi mano.

Aproximadamente 10 minutos pasamos enviándonos videos y tocandonos, a través de la pantalla al mismo tiempo, estaba en el punto exacto en qué sabía que estábamos a punto de corrernos, esa voz y esa respiración eran inconfundibles.

*Audiollamada en curso*
-Dime que eres mía.- le dije.
-Soy tuya, D.
-Pideme que te toque.
-Tocame amor.
- Necesito sentir tu respiración en mi cuello, tus gemidos en mis oídos y sentir como te corres encima mío.
-Mmm, siii, así, soy tuya D, estoy apunto de correrme.
-Correte princesa, correte para mí.

Lo último que pensaba escuchar era un gemido completamente descontrolado, que ocasionara en mi automáticamente el desvalance de mis hormonas y terminaramos corriendonos al mismo tiempo.

-amor, te gustó.?- me pregunta aún con su respiración agitada.
-amor me has dejado las piernas temblando y eso que ni siquiera me has tocado, el día que podamos follar de frente no se que va a pasar.- respondí.

-amor, tengo que irme, mi papá acaba de llegar.
-adios mi vida, hablamos luego.

En el preciso instante que A se fue me quedé pensando en eso de la chica ideal nuevamente y en la felicidad y esas cosas sin importancia. La mujer ideal es esa que no existe, por eso su nombre es así, es simplemente un ideal. Y A era eso, algo que solo estaba en mi mente en estos momentos, al final ella era mi mujer ideal.






In The DistanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora