𝔸𝕞𝕒𝕟𝕥𝕖 ℕ𝕠𝕔𝕥𝕦𝕣𝕟𝕠 [ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ]

Capitulo 8

Jimin, no es cierto, ¿Que estas haciendo aquí? ¿Donde esta tu padre?- El hombre mayor en silla de ruedas comenzó a cuestionar al menor, escuchó esa ultima pregunta y miro dudoso a su abuelo-

Mi padre, ¿No esta aquí?- Preguntó algo sorprendido sin quitar la vista del hombre frente a el-

El se fue esta mañana a la ciudad, Jimin no puedes quedarte, entiende que aquí no tienes futuro y tu hermano jamas regresará, lo mejor será que regreses a tu casa por la mañana, les avisaré a tus padres que estas aquí y que mañana volveras -El hombre en silla de ruedas se hizo a un lado para permitir que el rubio pudiera entrar-

El menor no pudo decir nada más, escuchar que su hermano no regresaría le hacia sentir culpa, estar nuevamente en la casa donde vio por ultima vez a su hermano le hacia querer llorar pero se mantendria firme, solo pudo ver a su abuelo dirigirse a la chimenea asi que el camino hasta donde el mayor se encontraba sentandose en el sofá a lado de él en silencio observando la fogata

Abuelo, ¿Que es lo que pasa aquí? Yo se que usted sabe algo, por favor digame -el rubio le miro suplicante esperando a que su acompañante le mirara, el contrario suspiro y no miro sin embargo coloco sus mano sobre sus piernas-

Cuando era pequeño mis padres me contaban la misma historia de siempre antes de dormir. Hace mucho un rey gobernaba en tierras lejanas, su pueblo prosperaba, todo era totalmente tranquilo, la paz jamas faltó, el rey tuvo dos hijos, el mayor lleno de dones carisma y bondad, él sería el heredero al trono y el menor lleno de codicia, envidia y egocentrismo quería la fortuna total del reino, ademas de desterrar a su hermano de las tierras para que nadie mas pudiese reclamar su puesto como rey, asi fue como con mentiras y falsedad el menor mató a su padre y puso al pueblo en contra de su propio hermano, la reina totalmente destruida por la perdida del rey se suicidó dejando a ambos hermanos totalmente solos, el mayor no iba a dejar que su hermano llevara a las ruinas el palacio que su padre habia construido asi que buscó ayuda, habia escuchado entre los murmullos de la gente sobre un lugar oscuro, donde personas que son la oscuridad misma habitaban, sirvientes del diablo que buscan hacer daño a las personas, vendio su alma al diablo a cambio del bien en su pueblo y en su hermano, pero como dije en un principio son hijos de la oscuridad misma no hacen el bien asi que con engaños le maldijeron, la gente que aun confiaba en el mayor se volvería igual que él, oscuridad, lo que menos quería que sucediera se hizo realidad, mató a su hermano menor y a las personas que le seguían por voluntad, el palacio quedó en ruinas, todo cayó - El anciano seguía mirando el fuego mientras que Jimin le miraba esperando a que dijera más-

No entiendo, eso es solo un cuento abuelo esto es la realidad, ¿Que tiene que ver con la desaparición de mi hermano y de las demás personas de aquí? - Jimin le miro frunciendo el enrecejo-

El anciano tomó su mano observando la marca en su muñeca, tocandola con la llema de sus dedos para despues levantar la mirada observando fijamente al rubio.

Cuando tu hermano desapareció, no fue un animal, logre verlo, seres humanos que no tiene alma, les fue arrebatada por un engaño, yo se que esa historia no es fantasía la marca que tienes en el brazo te une a uno de ellos -El viejo le miro soltando la mano del menor volviendo su vista al fuego- Deberás marcharte en la mañana, ve a tu habitación me asegurare de cerrar todo.

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El pelinegro de tan solo diecisiete años regresaba a casa por el mismo camino, sus pasos totalmente rápidos procurando que los pocos rayos de sol aun le dieran en el rostro, de la nada su corazón comenzó a latir de manera rápida un escalofrío recorrió su piel erizandola en un instante, aumentó la velocidad de sus pasos mirando en ocasiones hacia atras, podía sentirse observado como si alguien lo estuviese siguiendo, finalmente comenzó a correr ahora sin mirar hacia atras hasta que en un mal paso terminó por caer, sintió una punzada en su tobillo, al tratar de levantarse nuevente volvió a desplomarse raspando sus manos, el sol estaba ya por ocultarse, otro escalofrio le invadió y el miedo le impulso a levantarse arrastrando su pie mientras aun caminaba girando su rostro mirando a sus espalda, no se dio cuenta y choco con lo que creyó habia sido un árbol cayendo al suelo de espalda mirando hacia arriba, un hombre encapuchado, su rostro casi no se alcanzaba a distinguir debido a que el sol estaba ya casi oculto.