La pelinegra empezó a tirar con más firmeza su mano, tratando de liberarla de la rubia. Pero reconoció que aunque hiciera fuerza, la menor no pensaba soltarla. Trató de ver a Dahyun directamente a los ojos pero el viento era cada vez más potente e intenso, tuvo que cerrar sus ojos y a pesar de sentirse aterrada por la presencia de aquel tornado, el tener a la rubia a su lado disminuía un poco su temor.
—¡Momo, escúchame! —gritó la menor, tuvo que levantar su voz ya que todo a su alrededor parecía ensordecedor—. Intenta calmarte, recupera tu compostura habitual —pedía con seguridad. La pelinegra le habría dedicado una mirada asesina si no fuera por su visión nula en aquel entonces.
—¡¿Estás loca?! —claramente, en esos segundos, no pensaría en guardarse ese tipo de comentarios—. Ese tornado está a nada de comernos y me pides que me calme ¡Eres brillante! —habló, con un exagerado sarcasmo.
—¡Estoy siendo seria! Sólo inténtalo —la rubia no se rendía, y a pesar de estar cada vez más asustada por sentir la intensidad del tornado que empezaba a acercárseles, trató de aparentar raciocinio y tranquilidad.
—¡¿Crees que es así de fácil ahora?! Lo único que quiero es correr —le aseguró, sus ojos manteniéndose fuertemente cerrados, apretados, volviendo a tirar de su propia mano para liberarse de la firmeza de la rubia.
Era sorprendente que Momo en aquel debate de emociones olvidara su poder de fuerza.
Dahyun empezó a sentir a su propio cuerpo elevarse ligeramente, lo que con claridad, no significaba algo positivo para la rubia.
«No, no, no, no, ¡No!», empezó a gritar en su propia mente, el pánico estaba apareciendo en ella.
Con rapidez y precisión, soltó la mano de Momo y atrapó su cuerpo, atrayéndolo hacia el suyo mientras temblaba de miedo. Iniciando un nuevo abrazo entre ambas.
La pelinegra percibió el terror en la menor al sentirla temblar entre sus brazos, la abrazó con fuerza y olvidó lo que le asustaba justo en ese momento, debía calmar a la rubia y protegerla. Sentía que era su necesidad en ese instante.
El tornado había desaparecido, el alrededor volvía a encontrarse tranquilo pero con las suficientes pruebas y evidencias de que el desastre natural había ocurrido. Varios objetos se encontraban destruidos, pero los edificios y las personas de alrededor parecían estar a salvo, cosa que aliviaba en cierto punto a la mayor. Cerró los ojos y soltando un suspiro exhausto, se concentró en sentir a Dahyun en sus brazos, desprendiendo esa ternura que solo ella parecía tener, manteniéndola suavemente cerca.
Al abrir sus ojos de nuevo, se encontró en otro lugar junto a la rubia. No reconocía aquella habitación, pero al guiarse con ciertas fotografías de alrededor estando colgadas en la pared, supo que tenía a la dueña de aquél cuarto entre sus brazos.
—¿Dahyun? —murmuraba la mayor hacia la rubia, quien mantenía su cabeza oculta sobre el pecho de la pelinegra y no parecía dispuesta a alejarse por el momento— Ya ha pasado, estamos bien —trató de que su voz sonara suave, podía sentir que la anatomía de la contraria seguía en temblor.
Al notar que aquello llevaría más tiempo de lo que pensaba, dejó que la menor se mantuviera recargando su cabeza sobre su pecho, pasaban los segundos e Momo sin pensarlo mucho, empezó a acariciar el cabello de Dahyun con su mano derecha. Bastante ajena de lo que estaba haciendo.
Luego de unos segundos, la rubia finalmente se separó de la mayor, agachando su cabeza pero levantándola con rapidez al reconocer el piso de su habitación, el cual se mantenía cubierto por una gran alfombra a diferencia del de Momo. Observó alrededor y reconoció dónde estaba, miró a la pelinegra quien le dio una pequeña sonrisa tímida ya que ni ella misma se esperaba terminar exactamente en la habitación de la menor.
—Te traeré un vaso con agua —rompió aquel momento inexplicable, Momo. Y sin esperar de más, sus piernas se despidieron de aquella habitación para ir en busca de su objetivo en ese momento.
—Todavía esto se me hace muy difícil de creer —suspiró la rubia cuando la pelinegra abandonó su habitación, poniendo una mano sobre su pecho tratando de respirar con calma para volver a sentir los latidos de su corazón a un ritmo natural.
(...)
—¡Ahhh! ¡¿Qué hace la chica violenta aquí?! —el grito de Jaebum se hizo presente cuando, por equivocación y el no conocer su alrededor, hicieran que Momo terminara abriendo la puerta del baño inesperadamente. Para suerte de ambos, el de cabellos extravagantes no estaba haciendo nada vergonzoso...
No del todo. En la cima de su cabeza se encontraba descansando un gran moño rosa pastel, quitando ese pequeño hecho, el chico no hacía nada de otro mundo. Tenía espuma de afeitar alrededor de su boca y en su mano se mantenía una pequeña máquina de afeitar. La pelinegra agradecía no haberse encontrado un escenario peor.
—Ah, eres tú —y sin dejarlo responder, Momo que seguía manteniendo su mano sobre la puerta, empujó ésta con un poco de fuerza y rapidez para evitar el seguir presenciando la imagen frente a ella. Retirándose en busca de la cocina, nuevamente.
Cuando visualizó la cocina a lo lejos se acercó con pasos algo apresurados, necesitaba calmar a Dahyun por lo sucedido y no estaba segura de cómo hacer eso. Al terminar de buscar y encontrar un vaso color azul con el nombre de la rubia en él, sonrió y sirvió agua sobre éste. Dirigiéndose nuevamente hacia el cuarto de la menor con lo que le había sugerido. Sin embargo, la presencia del chico de cabellos extravagantes se interpuso en su camino, éste se mostró con el ceño fruncido y manteniendo sus brazos cruzados sobre su pecho. Momo lo miró con indiferencia e hizo ademán de esquivarlo para seguir con su camino, pero la pregunta de Jaebum la detuvo.
—¿Qué haces aquí? ¿Quién te permitió entrar? —cuestionaba el chico que ahora se encontraba detrás suyo.
—No tengo por qué darte explicaciones —optó por responder sin siquiera dirigirle la mirada, continuó con sus pasos hacia la habitación de la rubia.
El chico no parecía satisfecho por esa manera de contestar y siguió a Momo.
La pelinegra sostuvo el vaso azul sobre su mano izquierda mientras que con la derecha se disponía a girar el pomo de la puerta, al abrirla se encontró con la rubia dándole la espalda y revisando su móvil. Se giró al escuchar el sonido de la puerta de su habitación abrirse y sonrió al ver a Momo con su vaso allí.
—Momo unnie, ya le he avisado a las chicas lo del tornado. Dijeron que ellas están bien y que quieren hablar con nosotras —fue lo primero que comunicó Dahyun.
—Toma —la mayor extendió el vaso con agua hacia la rubia, quien sonrió con sinceridad y agradeció antes de empezar a beber—. ¿Entonces ellas notaron el tornado también?
—Eso es lo que les sorprendió. Jeongyeon me dijo que fue a buscarnos y le asombró que apenas saliera se encontrara con todo un desastre, le preguntó a una de las personas que se encontraban detrás de un auto y notó que temblaba de miedo. Y gracias a eso se enteró de lo que había pasado aunque le costaba imaginarlo —Dahyun terminó de explicar, y soltó un suspiro cuando ya había digerido el agua de su vaso.
—¿Tornado? —Jaebum se encontraba en el marco de la puerta y miraba con confusión a ambas chicas, revelando que él también había escuchado la conversación.
Si Dahyun y Momo no encontraban una excusa convincente para esa pregunta, entonces tendrían que soltar el secreto que cada vez parecía más difícil de poder ocultar.
![](https://img.wattpad.com/cover/268607787-288-k365218.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¿Súper Momo? Ꞝ Dahmo
Fanfiction❥. ᭄ 𝐃𝐚𝐡𝐦𝐨 ★ Adaptación ❝ Momo adquiere poderes sobrenaturales sin una explicación razonable; iniciando su curiosidad, Dahyun decide ayudarla a descubrir el por qué de ello, mientras mantiene el secreto oculto de los demás. ❞ ꕀ﹒ ⪧...