24.

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—Tal vez lo mejor sea que alguien acompañe a Momo —habló Jeongyeon hacia las otras dos chicas, incluida la mencionada. Las menores le miraron algo extrañadas, la castaña lo recordó y trató de aclararse con rapidez—. Perdón, quise decir, que alguien acompañe a mi... mapache.

—Ya basta de ese apodo —se quejó Jihyo mientras la risa de Nayeon se hacía presente—. Tú eres su novia, ¿no estarás con ella?

—Lo estará —se apresuró en contestar la pelinegra mayor—. Pero también quiere pasarla bien con sus amigas, ya sabes, Mina también estará aquí... Creo que Sana también.

—Sé que Momo parece que es la mayor de nosotras pero eso no significa que sea una anciana —comentó Nayeon, obteniendo el ceño fruncido de Momo al escucharla.

—No me gustaría tener una hija como tú —dijo con fingido desagrado, logrando que las otras tres chicas rieran por su comentario.

—Claramente, he dicho lo de cuidar por el tema de sus poderes... Hay que estar pendientes de que no sienta emociones tan drásticas —avisó Jeongyeon, finalmente aclarando su explicación anterior.

—Nos turnaremos —aseguraba la pelinegra menor, todas se acercaron hacia una de las mesas algo más lejanas del centro del salón.

—No será necesario-

—Sí es necesario, había olvidado que tienes poderes —afirmó Nayeon en un susurro a su amiga, tomando su brazo y dando miradas a sus costados, guiándola hacia la mesa en la que ya se encontraban Jihyo y Jeongyeon.

—Tengo poderes, no estoy inválida —les recordó a las tres chicas, tomando asiento y rodando los ojos al ver las expresiones de las menores.


—Pero aún no controlas tus emociones-

—Pero puedo hacerlo —interrumpió a Nayeon con rapidez, sintiéndose algo ofendida por el comentario ya que ella se había pasado la mayor parte de su vida en un constante control de sus emociones.

—Sé que sí —trató de aligerar el ambiente Jeongyeon, dándole una pequeña sonrisa a la pelinegra mayor—. Pero ahora es distinto, no son las emociones que suelen ser comunes en el día sino que ahora son más... Potentes, ya sabes.

—¿Potentes? —articuló Momo, una mueca de confusión dibujándose en su rostro. Jeongyeon se golpeó mentalmente, la castaña podía verlo con claridad pero la nipona todavía no era consciente de ello... O probablemente no lo aceptaba con totalidad.

—Bueno, es difícil de explicar... —la castaña no sabía cómo decirle la diferencia que podía haber entre el no sentir nada por nadie, a un enamoramiento, no cuando la mayor ni cuenta parecía darse de lo que le sucedía.

—Es cierto, ahora que sales con Jeongyeon, lo más seguro es que experimentes emociones algo intensas, ¿no? —habló Jihyo de repente, salvando a la castaña y aclarando las dudas de la mayor.

—Ah, bueno... —Momo no estaba segura de cómo contestar aquello, sólo pensó en Dahyun, a lo que contestó por ello— Sí, y mucho.

—Vaya, tienes a Momo en tus manos —se burló Nayeon ligeramente mientras codeaba a Jeongyeon a su costado. La castaña solo pudo reír ante su comentario, en el fondo sabiendo que las menores no eran conscientes de toda la farsa que había creado la mayor con tal de safar del tema de Eric y Dahyun.

—Allí viene Eric —dijo la pelinegra menor en voz baja, las otras tres chicas mirando hacia donde dirigía su mirada Jihyo, reconociendo que efectivamente, el chico de cabello castaño había ingresado al salón.

¿Súper Momo?  Ꞝ DahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora