Capítulo 4 | El Reencuentro Del Soldado

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Al entrar a la vivienda de la señora Miller —una sencilla casa de dos pisos rodeada de un campo verde y con la pesquería cerca—, notó la variedad de objetos que decoraban su sala de estar, desde pinturas surrealistas colgadas en las paredes junto con fotografías de lo que parecía ser su familia, y objetos de cerámica puestos en aquellos muebles de madera fina y en la televisión mediana de los años ochenta. La primera impresión de Sophie fue el pensar que el hogar de aquella extraña tenía un aspecto distinto, más hogareño y con decoraciones distintas que no combinan con las paredes, pero no era algo del cual debía preocuparse. Su angustia se hundía el imaginar si aquella mujer se diese cuenta que la castaña no es la estudiante el cual esperaba, e incluso no dejaba de cuestionarse la hora en que llegaría la verdadera chica que debe encontrarse parada en aquella alfombra café de la casa.

—Ven, déjame mostrarte tu cuarto.

La castaña no se demoró en sujetar sus maletas y seguirla por las escaleras de camino al segundo piso. A medida que caminaban por aquellos escalones verdes que rechinaban un poco cuando los pisaban, los nervios no dejaban de acorralarla a medida que seguía divagando en su mente el cómo sería el comportamiento de la dueña de la casa quien ahora mismo la está alojando en un cuarto. De lo primero que se percató es que cuenta con un carácter fuerte, aunque la mayoría de las personas mayores suelen tenerla con los extraños, así que no quiso pensar demasiado en aquel asunto.

Cuando llegaron al corto pasillo, rodeado de cuatro habitaciones, Sophie se dio la oportunidad de observar cada uno a medida que caminaban, y por un momento se preguntaba si se detendrían frente a uno de ellos el cual sería su nueva habitación.

—Disculpe—Habló la francesa con timidez cuando detuvo su paso—, lamento la pregunta, pero... ¿Cuál de estas habitaciones...es la mía?

La mujer soltó una corta carcajada.

—Ni loca dejaré que entres a mis guaridas—Su mano se alzó sobre el techo y jaló una pequeña cuerda para así abrir una escotilla del cual dejó caer unas pequeñas escaleras blancas—. Dormirás en el ático.

Los ojos de Sophie se abrieron en par en par al oír aquello, pero no mencionó nada y tampoco quiso quejarse, al menos tendría un techo bajo su cabeza.

—Sube, niña.

La mujer subió sin ningún problema y esperó a que su invitada de igual forma lo hiciera, pero se demoró un poco al tratar de subir su maleta y su mochila.

—Bienvenida.

Para sorpresa de la joven, cuando finalmente alzó la mirada para ver el lugar, se había quedado boquiabierta al ver su nuevo cuarto.

Para sorpresa de la joven, cuando finalmente alzó la mirada para ver el lugar, se había quedado boquiabierta al ver su nuevo cuarto

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Se encontraba distinto a lo que restaba de la casa con las decoraciones antiguas y un poco inusuales. En el ático contaba con un espacio amplio a pesar de ser un lugar un tanto reducido, aunque para la chica era el cuarto indicado, en especial al ser el sitio del cual se refugiaría en las noches antes de proseguir con la búsqueda de su mercenario.

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2021 ⏰

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La Sobreviviente del Soldado del Invierno | Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora