t e l l m e

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El día de la graduación por fin había llegado, y Kenta por obvias razones no tuvo el deseo de asistir; en cambio le dijo a Taehyun que disfrutara ese día al máximo.

Ese día hubo una fiesta posterior a la ceremonia de graduación y aunque Kenta le dijo claramente que la disfrutara éste no hizo caso y salió casi corriendo de ahí.

Aún con sus documentos en las manos y vestido de traje corría rápidamente por entre las mojadas calles de la ciudad hasta la casa de su amigo. Por fin había reunido el valor para hablar con él.

Después de algunos minutos corriendo había llegado a su destino. Obviamente cansado por aquél esfuerzo se detuvo a respirar tratando de tranquilizarse.

Poco tiempo después, ya más tranquilo; enderezó su postura y suspiró profundamente colocando una mano en su pecho intentando reponerse.

Pasaron un par de segundos así.

Nervioso buscó entre sus bolsillos aquel pequeño objeto tan importante, y sin sacarlo de una de sus bolsas lo encontró.

Ahora sí estaba listo.

Miró aquella puerta como si fuese lo más interesante del universo por un tiempo, debatiendose si hacerlo o no.

Decidido se dió cuenta de que ya estaba ahí y no había marcha atrás.

Tocó un par de veces la puerta.

Uno...

Dos...

Tres...

Cuatro...

Cinco...

Seis...

Siete segundos para que ésta fuera abierta, dejando ver a un sorprendido Kenta.

— Tae, ¿Qué haces aquí? Creí que estarías en la fiesta.

— No podía hacer eso mientras tú estabas aquí — le sonrió nervioso.

— Pero se supone que era tu noche.

— Nuestra noche — agregó haciendo que Kenta se sonrojara un poco — ahora he venido a pedirte algo muy importante — le confesó mientras metía una mano en su bolsillo.

— ¿Qué es?

...

— Eso fué lo más aburrido que he tenido que soportar en años — Sanggyun se quejaba mientras aflojaba su corbata y se dejaba caer en un sillón

— Sanggyun, cállate un año; por favor. — su compañero le reclamaba, cansado ya de sus quejas.

— Esque no lo entiendes, este traje es insoportable.

— Tan solo quitatelo y deja de hablar — le dijo rodando los ojos — Pero, ahora que ya estás graduado, ¿A partir de cuando comenzarás a trabajar para tu padre?

— Creí que no me querías estar escuchando — comenzó a reír.

— Eres insoportable.

— Gracias.

— Estoy hablando enserio, ahora responde mi pregunta.

— No lo sé, quizá en cuanto las vacaciones terminen comenzaré con la tediosa vida laboral. — respondió dramáticamente.

— Mi más sentido pésame — ahora fué turno de Longguo para comenzar a reír, ganándose un almohadazo por parte de su compañero.

— Ojalá eso fuera todo, aún queda algo que es peor.

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