– Bueno, eso ya no importa, lo que ahora quiero que me digas es ¿Quién es el padre?Se sonrojó ante tal pregunta, ¿Cómo podría explicar Kenta aquello sin sonar como un cualquiera?
Apenado y con toda la vergüenza del mundo comenzó a contarle lo que quería saber, pues después de todo ya estaban ahí, le había acompañado en esto y era lo mínimo que podía hacer en ese momento.
Terminó su relato para por último volver a decir un "lo siento"
– ¿Y va en nuestra misma escuela? - preguntó Taehyun mientras cerraba sus ojos y se acariciaba las sienes -.
– No lo sé - le respondía avergonzado bajando la mirada -.
– Bueno - suspiraba abriendo los ojos - lo que tienes que hacer cuanto antes es decirle lo que sucedió.
– Pero... - de nuevo se le comenzaron a llenar los ojos de lágrimas - lo único que sé es su nombre - rompió en llanto - ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Y si no lo encuentro?
Su amigo le trataba de consolar, mientras le daba una posible solución.
– El Lunes podrías pregúntarle a Hyunbin si lo conoce, como él organizó aquella fiesta tal vez lo sepa dónde encontrarlo.
Kenta levantó la mirada dejando de llorar.
– Tal vez tengas razón - se limpiaba las lágrimas - lo haré.
– Está bien - sonrió - ahora tienes que ir a casa, vamos.
Así los dos se levantaron de aquella banca, encaminandóse por las calles de la ciudad, tratando de evitar en ese momento aquel tema.
...
Minutos de caminata después llegaron a la casa de Kenta, parados frente a frente en las afueras de ésta se despedían.
– ¿Le dirás a tu madre? - preguntaba Taehyun mientras lo abrazaba para despedirse -.
– No, aún no - se separaba - no quiero que se preocupe.
Su compañero negó con la cabeza.
– Está bien, nos vemos el Lunes - dijo por último para después alejarse de ahí.
Kenta entró a su casa y fue recibido cariñosamente por su madre.
Después de cenar subió a su habitación, pues se sentía cansado, probablemente de tanto llorar en un día. Cómo pudo se sacó los zapatos y se recostó en la cama.
Aún una parte de él se negaba a creer lo que le estaba pasando, quería pensar que todo era mentira y así poder seguir con su vida normal; pero la verdad estaba ahí, creciendo dentro de él.
...
El día Lunes llegó, lo que significaba día de escuela y cuatro tediosas horas de clases hasta el descanso.
Aquellas horas se pasaron lentamente, Kenta nisiquiera entendió nada de lo que los profesores explicaban. No podía dejar de pensar en lo que haría en cuanto el descanso comenzara.
Una eternidad después el timbre del descanso por fin sonó, Kenta rápidamente guardó sus cosas y se levantaba de su asiento para salir del salón cuando Taehyun lo detuvo.
– ¿No quieres que vaya contigo?
– Gracias, pero no; ya has hecho demasiado por mí y te lo agradezco, pero esto es algo que creo que puedo afrontar yo sólo.