Limón

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SANJI

      Despertar después de lo que sentía como siglos fue algo abrumador, mis huesos estaban pesados y mi garganta ardía. Ver a mis nakamas alegres por mi regreso de la casi muerte era algo que me alegraba y en gran parte me avergonzaba un poco.

    Todo se sentía con energía, ver sus rostros extasiados era agradable. Me costó un poco ponerme de pie pero era necesario hacerlo, a pesar de las protestas de Chopper realmente no quería estar en esa cama y menos con tantas cosas por hacer.

    Después de muchas protestas y de prometer que me tomaría las cosas con calma logré acercarme a la cocina luego de dos días de haber despertado. En el fondo creo que todos estaban aliviados de tener una comida deliciosa en semanas.

    Entré a la cocina dispuesto a dar lo mejor de mi, el cuerpo todavía estaba algo resentido así que estaba a la mitad de mi capacidad productiva.

-¿Que quieres marimo?- pregunté sin darme la vuelta, a pesar de que no había dicho ni una sola palabra simplemente su presencia era algo que no podía ignorar.

-No dije nada- respondió secamente mientras se sentaba en la mesa y tomaba una manzana para empezar a comerla.

   Tenerlo en la mesa mientras yo preparaba algo se sentía como un deja vú antes de que cayera enfermo, a lo que no pude evitar sonreír.

    Por un instante nuestras miradas se cruzaron y todo el aire de la habitación pareció congelarse. Por alguna razón desconocida para mi no podía encontrar una explicación a esa tensión que se había formado de pronto.

  "Es como una caricia"-pensé y luego me sonroje por lo mucho que mi mente volaba.

    Dándome de nuevo la vuelta comencé a cortar las papas e ignorarlo con toda la intención, aunque fingir que la sensación de su mirada fija sobre mi espalda no existía simplemente era... pues complicado.

   No dijimos más palabras hasta que la comida estuvo lista, y todos vinieron a comer con el característico humor de siempre. Mientras comía no podía evitar pensar en la razón de que llegara a la cocina, por lo general siempre estaba entrenando afuera o durmiendo, incluso ambas en algunas oportunidades.

   Debía empezar a poner mis ideas en calma o sería un manojo de nervios la mayoría del tiempo. La tripulación habló acerca de hacer una fiesta para celebrar mi mejoría y estaban centrados en eso.

ZORO

    Era de noche y la música sonaba, todos estaban alegres y bailando, incluso yo me encontraba de buen humor. Ocasionalmente observaba a Sanji fijamente para luego voltear la vista, se estaba volviendo una especie de costumbre.

    El cocinero estaba bien en contraste a las semanas anteriores pero seguía débil aunque intentara no demostrarlo, pero yo me la pasaba viendo cada movimiento y sabía que a veces se cansaba más de la cuenta o le costaba caminar bien. Aún así él insistía en volver a sus antiguas actividades.

    Todo había transcurrido con normalidad hasta que noté como se apartaba en medio de la noche y se iba hasta una zona alejada. Antes de siquiera procesar lo que hacía decidí seguirlo.

-¿Te sientes bien?- pregunté y realmente estaba empezando a detestar esa frase, parecía que era lo único que podía decirle.

-Claro que si marimo- respondió deteniendose y recostandose contra la pared del pasillo.

El cielo estaba oscuro y despejado y no pude evitar cerrar los ojos ante el frío de la noche, me recosté a su lado en la pared mientras bebía de mi botella de sake.

-Entonces ¿Por qué te vas?- dije sin pensar.

-Porque pensaba recostarme un poco, he bebido demasiado- respondió con simpleza.

   Por supuesto que era mentira y lo sabía, debido a la medicina le estaba prohibido beber, bajando la mirada por su cuerpo noté que tenía algo en la mano.

-¿Que es eso?- pregunté curioso.

-Un limón- dijo suspirando con cansancio.

-¿Un limón?- repetí sin comprender.

-Si, es para el mareo- dijo con resignación, creo que en el fondo sabía que no podía ocultarme nada o tal vez no quería.

-Está bien, adelante- dije tomando de su mano el limón y cortándolo en trozos con mis espadas para dárselo de vuelta.

-Gracias, supongo- dijo algo desconcertado, quizás le inquietaba mi comportamiento pero ya éramos dos, ni yo mismo me entendía.

    Inclinándome para poder verlo bien, le di un sorbo a mi botella. El cocinero se llevó un trozo de limón a la boca para luego arrugar de forma cómica la expresión de su rostro.

-¿Ácido?- le pregunté con una sonrisa, él generaba ese efecto en mi, me inspiraba cosas.

-Un poco- respondió dándose la vuelta y quedando de frente a mi.

   Se llevó un trozo más a la boca mientras cerraba los ojos, en verdad parecía sentirse mal pero una parte de mi mente, si no es que toda, solo podía pensar en lo atractivo que se veía.

-¿Está bueno?- pregunté acercándome de forma inconsciente.

-Hmm- fue su única respuesta mientras seguía reposando contra la pared. Sacándose el pedazo de la boca y ofreciéndomelo, preguntó- ¿Quieres?.

-Si- dije antes de besarlo, no fue algo premeditado.

   Él emitió un sonido de sorpresa que hizo que soltara los demás trozos en el suelo y colocó sus manos sobre mi piel, ese contacto hizo que mi sangre ardiera y por un instante pensé que me alejaría pero en lugar de eso empezó a responder el beso.

   Acomodándonos a mi conveniencia coloqué su espalda contra la pared mientras pegaba aún más mi cuerpo al suyo, estaba eufórico, mi corazón y mi sangre estaban calientes y cuando sus manos se pegaron a mi espalda abrazándome incluso más a él, sabía que estaba perdido.

   Con mi lengua le di una caricia suave a sus labios y el abrió su boca para mi, el sabor era una perfecta mezcla del alcohol de mi boca con el limón de la suya.

   Separándonos debido a la falta de aire, seguí dándole picos en la comisura de la boca mientras él jadeaba intentando recuperar la respiración, todo era tan excitante que no pude evitar pasar mi lengua por su cuello, haciendo que emitiera el más dulce de los sonidos.

-Te extrañé- dije repartiendo besos por todos lados- estaba preocupado.

-Lo sé, perdón- dijo con la voz entrecortada mientras me sostenía del cabello.

Volviendo a sus labios, nos besamos de nuevo, era lento e íntimo. No sabía que pasaría después de esto pero no era algo a lo que estuviera dispuesto a renunciar.

Intuición y Habilidad (ZoSan) (ZoroxSanji) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora