Pérdida y Encuentro

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       SANJI

      Me desperté sintiendo un leve rayo de sol chocar contra mi rostro, separándome lentamente del cuerpo de Zoro tardé para orientarme un poco. Aún estaba temprano lo suficiente como para que aún prevalecieran algunos tonos azulados en la mañana. Examiné lentamente el rostro de mi compañero y se veía relajado.

     En gran parte me sentía aliviado ya que yo era el culpable de casi toda su preocupación actual, por más que intentara decirle que todo estaría bien él simplemente no entendía. Esperaba desde lo más profundo poder recuperarme en su totalidad.

    Después de unos minutos decidí seguir durmiendo a su lado un rato más, aunque no fue fácil de tanto que mis pensamientos llegaban uno tras otro.

   Zoro siempre se esforzaba demasiado, a veces se sentía como si se obligara a si mismo a no sacrificar a otros incluso a costa de su propia integridad supongo que un comportamiento extraño para toda la banda lo cuál era irónico siendo piratas.

    Empecé a recordar tantas batallas y sucesos, la vez que me dejó inconsciente para enfrentarse contra Kuma y luego al despertar el sabor amargo de saber que pude haberlo perdido. Recapitulando de ese modo, hubieron tantos momentos en los que nos pudimos perder. A veces me pregunto ¿Cuántas cosas simplemente perdí realmente junto a Zoro?

        ZORO


    A la mañana siguiente y luego de organizar las cosas volvimos al barco para irnos a la siguiente isla. El día estaba tranquilo y aunque seguía preocupado por el cocinero, la tensión había disminuido un poco desde que se le veía un mejor semblante.

   Una parte de mi en la que no quería pensar se preocupaba de que todo seria temporal y volveríamos a su estado inicial, pero sacudía mi cabeza para alejar esos pensamientos.


    Empecé a recordar muchas cosas del pasado, incluido nuestro primer beso. A menudo me preguntaba si el cocinero recordaba aquella ocasión pero la verdad es que no reparaba mucho en eso, no hasta el momento.

   Recuerdo que fue durante la noche de celebración luego de todo el enfrentamiento que conllevó a la llegada de un Shichibukai a donde nos encontrábamos. El cocinero pensaba sacrificar su vida en aquella oportunidad pero el miedo absoluto a perderlo y una fuerte voluntad me llevaron a tomar su lugar.

   Por suerte para mi, no tomaron mi vida ese día, y el dolor que recibí nunca seria comparable al de perder al cocinero, era un pensamiento fugaz antes y ahora simplemente lo sabía con una feroz certeza.

   En lugar de beber junto a los demás permanecí inconsciente todo el rato. Sentía como a veces se acercaban a revisar mi estado Chopper, Robin, Nami, Luffy, Usopp y especialmente Sanji.

   Tal vez fue una especie de culpa la que lo hacía sentir avergonzado de no haber estado en mi lugar lo que hizo que el cocinero tomara hasta caerse ese día, lo cuál usualmente era mi trabajo.

   A diferencia del resto de la tripulación su resistencia era una ruleta rusa, a veces el licor le sentaba bien y otras le sentaba fatal. Recuerdo que sentí su cuerpo caer justo donde yo estaba reposando.

   Ya era muy tarde en la noche y al abrir mis ojos me di cuenta de lo silencioso que estaba todo, se sentía una paz y quietud muy contraria a las horas anteriores. A mi derecha podía ver al resto de la tripulación dormir en distintos lugares y con distintas personas que probablemente celebraban el haber recuperado su sombra.

   Me dolía mover tan siquiera el rostro, aún así hice un esfuerzo por voltear a mi izquierda y allí estaba el cocinero pervertido a mi lado, tan cerca y con una expresión inquieta en el rostro.

-Ah probablemente sienta culpa- recuerdo susurrar en voz alta.

   No era una pregunta era casi una afirmación, el cocinero a veces se tomaba demasiado a pecho ciertas cosas. No lo culpaba, yo era igual, aunque me costase admitirlo.

   Su respiración era irregular y se movía ligeramente de un lado a otro.

-Zoro- lo escuché decir, salté sorprendido de como hace un segundo dormía y al siguiente despertaba.

-Sanji- le respondí, porque él me había llamado por mi nombre y era lo menos por hacer ¿cierto?.

-¿T..e sientes me...jor?- dijo arrastrando las palabras mientras se acercaba más, estábamos tan cerca que incluso bajo la bruma del alcohol podía ver la preocupación real en sus ojos.

-Si, estoy bien- le dije porque necesitaba tranquilizarlo, incluso si hablar constituía un dolor infernal en todo mi cuerpo.

-Me alegra tanto- dijo en un suspiro mientras juntaba nuestras frentes.

   Mis ojos estaban abiertos debido a la sorpresa del acto, nunca esperé estar asi de cerca a menos que se tratase de una pelea.

-Y...o estaba suuuupeeer preocupado- dijo alargando las palabras, lo que me hizo recordar a Frankie y no pude evitar reír ligeramente, lo que mi cuerpo realmente no apreció.

   Haciendo una mueca de dolor cerré mis ojos durante un instante tratando de soportar la sensación y evitar ver puntos de colores, me coloqué de costado buscando una especie de alivio.

-Estas herido, lo siento, lo siento mucho- dijo en tono de lamento mientras tomaba mi rostro con una mano y juntaba nuestros labios en un ligero beso- lo siento mucho- seguía repitiendo entre beso y beso.

   Una parte de mi estaba realmente paralizada y la otra se sentía en conflicto debido a la calidez que surgía. También me preguntaba si podría llamar a esto un beso ya que a penas nuestros labios se juntaban él se separaba para repetir el proceso.

   Eran tan suaves sus labios contra los míos que sentía curiosidad. Con un esfuerzo supremo subí mi brazo hasta su cabeza y profundicé el beso.

  Mi cuerpo ardía por el dolor pero también por la satisfacción que me daba el momento. Llevando el ritmo con mi lengua, podía sentir el licor de su boca en la mía. Debería ser amargo pero estaba tan dulce.

   Sus manos subieron por los vendajes de mi cuello sosteniéndome también. Mordí sus labios en un acto de salvajismo que no sabría explicar de donde salió, haciendo que se quejara de forma tan íntima que removió aún más cosas.

  Separándonos porque el aire es una necesidad juntamos nuestras frentes.

-Cocinero- empecé diciendo pero su respiración y ojos cerrados me dijeron que se había quedado dormido nuevamente.

  Tomando mi posición acostada suspiré y volví a dormir.

   A la mañana siguiente él no parecía recordar nada, y las mañanas después de esa tampoco nunca le llegó ese recuerdo. Así que simplemente lo guardé para mi.

   Sin pensamientos, sin incertidumbre, a veces durante el tiempo que estuvimos separados lo revivía para luego volver a guardarlo en un baúl.

-Tierra llamando a Zoro- escuché decir a Sanji trayéndome de nuevo al presente.

-Hey- le dije mientras pasaba un brazo por sus hombros.

-Tu comida se va a enfriar marimo, ya todos están comiendo, apresurate.

-Hmmm Sanji ¿Recuerdas nuestro primer beso?- le pregunté porque era inevitable.

-Fue hace unos días así que claro que lo hago idiota, ven vamos- dijo arrastrándome de la mano.

   No pude evitar sonreír porque la comida era siempre un tema serio para él y en parte también sonreía porque seguía sin poder recordar nuestro primer beso.

   Supongo que seguiría siendo algo solo mío, hasta que me atreviera a molestarlo con eso.

Intuición y Habilidad (ZoSan) (ZoroxSanji) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora