Caos

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  SANJI

  En este instante odiaba y amaba mi cuerpo, quería seguir disfrutando de Zoro y de este momento pero una voz en mi mente me advertía como la fiebre estaba regresando. No solo era eso, podía sentir el ardor desde adentro y sabía que eventualmente él se daría cuenta.

-Te adoro, me gustas demasiado- le dije enredando mis dedos en su cabello mientras se encargaba de besar mi clavícula.

   Poco a poco Zoro fue quitando los botones de mi camisa por no decir arrancando prácticamente, pero yo estaba encantado, tratando de llegar más a él. Todo se sentía maravilloso hasta que...

-Estás ardiendo de nuevo- dijo levantándose de golpe y no pude evitar suspirar de decepción.

-Estoy bien, realmente siento que voy a explotar si esto sigue así.

   Tomando asiento en la esquina de la cama Zoro empezó a respirar, probablemente tratando de enfriarse un poco.

-Voy a llamar a Chopper- dijo al cabo de unos minutos.

-No, espera- le dije rápidamente- creo que será mejor si solo tomo un baño con agua fría, debería ayudar con la fiebre.

-No estoy seguro Sanji- dijo comenzando a levantarse.

-Por favor Zoro, no dejes que esto lo arruine- dije tomándolo de la mano.

   Aceptando de mala gana me ayudó a levantarme a pesar de que en realidad yo no estaba tan grave. Entrando al baño de la habitación me di cuenta de lo pequeño que era pero eso no importaba tanto.

  Comencé a desvestirme cuando sentí su mirada sobre mi, estaba de espaldas pero todavía podía sentir que tan intensa era.

-¿Quieres que nos bañemos juntos?- le dije sin darme la vuelta y sintiendo el sonrojo subiendo por todo mi rostro.

-No sé si sería buena idea- eso dijo pero mientras las palabras salían de su boca comenzaba a desvestirse.

   Entrando primero al pequeño espacio, abrí la regadera y dejé que el agua limpiara mi sudor. Estaba empezando a detestar la fiebre y todo lo que traía con ella.

  Zoro entró al instante y colocó sus brazos por encima de mi cabeza, sentía su pecho contra mi espalda y mi estómago estaba revoloteando de emociones.

-Estás ardiendo- dijo nuevamente, haciéndome erizar al sentir su voz contra mi oído.

-Si, ya lo dijiste- le respondí acariciando su brazo en la medida que la posición en la que estábamos me lo permitía.

   Comenzó a darme pequeños besos de mariposa por el hombro y la parte de atrás del cuello, a lo que no pude evitar arquearme colocando mi cabeza en su hombro para darle mejor acceso.

-Debería dejarte tranquilo, te hago daño- dijo colocando una de sus manos sobre mi pecho.

-No me lastimas, yo también necesito esto... por favor- le dije suplicante, en otra oportunidad estaría avergonzado pero en estas condiciones me sentía a estallar si no me toca de alguna forma.

   Cediendo ante la suplica no dijo nada más, subió su otra mano hasta llegar a mi rostro y acariciar mis labios. Enloquecido por el calor del momento saqué mi lengua para saborear los dedos que estaban en mi boca.

   Escuché como Zoro aguantaba la respiración mientras metía sus dedos. Empecé a chupar, extasiado por la experiencia, mientras sentía como su mano restante bajaba hasta mi erección.

   Comencé a gemir de lo bien que se sentía. Mi mente era una neblina de sensaciones. Sus dedos en mi boca, su mano, sus labios dándome besos y dejándome marcas por todo el cuello.

   Sabiendo que no era el único que debería sentirse bien dirigí mis manos hasta su erección. Estaba caliente.

-No- dijo jadeando.

-Déjame- dije sacando sus dedos de mi boca.

-Abre tus piernas- dijo con la voz ronca, provocando temblores en mi.

Haciendo lo que me pedía sentí como colocaba su erección entre mis muslos para luego hacerme cerrarlos.

-Aprieta las piernas- dijo mientras comenzaba a moverse.

  Su erección rozaba con la mia en cada movimiento mientras que su mano hacia un trabajo maravilloso.

-Por favor, por favor, por favor- era todo lo que podía gimotear.

  Todo estaba más allá del placer, sus dientes y lengua jugaban con el lóbulo de mi oreja, haciendo que cada gruñido y suspiro de su parte se escuchara aún más claramente.

-Quiero besarte- le dije en medio de mi éxtasis.

Dándome una vuelta rápida, me recostó contra la pared juntando nuestros labios en un beso hambriento.

   Colocando nuestras erecciones juntas en su mano comenzó a frotarnos y lo único que podía hacer era gemir en su boca mientras colocaba mis manos en su nuca para profundizar el beso.

-Estoy tan cerca- dije jadeando en su boca.

- Yo también- me dijo mientras me besaba nuevamente.

     ZORO

  Mi mente era un desastre, una poderosa parte de mi sabía que no debía estar haciendo esto, pero a medida que seguía ya era inevitable.

   Sintiendo la liberación estar tan cerca, aceleré el ritmo de mis movimientos. Sanji me besaba con hambre y yo le respondía con una similar, este momento era lo que de forma inconsciente busqué durante tanto tiempo pero que me costaba aceptar y pronunciar en voz alta.

    Sintiendo la liberación de Sanji en mis manos la mia fue casi imposible de contener al instante, detrás de mis ojos podía ver y sentir miles de colores mezclados con placer.

   Juntando nuestras frentes no pude evitar sonreír entre jadeos.

-Eso fue...- empezó a decir el cocinero.

-Si, totalmente de acuerdo- le respondí.

   Terminando de lavarnos, finalmente salimos del baño para poder acostarnos en la diminuta cama. Coloqué su cabeza en mi pecho y aunque el baño había eliminado casi toda la fiebre, todavía se sentía algo tibio.

-Estaré bien, ya me tomé la medicina y el baño... ayudó- dijo esto último en un susurro. Aunque no podía verlo podía sentir el sonrojo en sus mejillas.

-Vale, ya veremos que tal pasas la noche.

   Dándome un beso de buenas noches sentí como cayó prácticamente dormido al instante por lo que me permití estudiar sus facciones un poco más, se veía relajado. Me gustaba este momento.

    Empecé a recordar tantos sucesos antes de que llegáramos a este punto y no pude evitar sonreír.

   La vida y las relaciones suelen ser tan caóticas pero entretenidas.

Intuición y Habilidad (ZoSan) (ZoroxSanji) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora