08||𝙀𝙭𝙩𝙖𝙨𝙞𝙨

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"Y que lo malo sea bueno e impuro lo bendecí'o."

—TOKIO, JAPÓN ENERO, 2021

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—TOKIO, JAPÓN
ENERO, 2021

El frío suele ser agotador, se lleva los mejores momentos y en su lugar deja unos nuevos, justo como el que iban a presenciar todos en el restaurante aquella ocasión.

Se dejó caer en el sofá del departamento, observó el techo de su hogar y su mente divagó hasta aquel día. ¿Cómo se le ocurrió confesarse? ¿Por qué creyó que las cosas cambiarían? Shouyo estaba casado y no dejaría a su esposo por un amor sin futuro.

— ¡Samu, idiota! ¿Podrías ya apurarte? —Gritó molesto.

— ¡Cállate, cerdo chillón! —Le reprendió.

Esa tarde recibieron un llamado de Aran, los invitaba a cenar a un restaurante de la región, al parecer el equipo se reuniría y necesitaban a todos los miembros del Inarizaki.

— ¡Vamos a llegar tarde! —Siguió insistiendo.

— ¿Cuando te ha importado la puntualidad? —Preguntó con el ceño fruncido.

—Kita- san se molestará sino llegamos a tiempo.

—Tienes razón —Atsumu sonrió orgulloso ante lo que dijo su hermano—. No queremos que se enoje.

—Desde luego que no, Kita- san dijo que era importante esta reunión, y si lo dice él es porque lo es.

—Bien entonces vayamos a verlo. —Ambos salieron de casa y se encaminaron al restaurante, era uno de los lugares más hermosos de la región y de buen gusto. Aunque su antiguo capitán fuera alguien sencillo conservaba una elegancia innata.

El viento estaba frío, se notaba el vaho de la gente al exhalar. Atsumu abrochó los últimos botones de su abrigo blanco y ajustó el cuello alto de su suéter negro para evitar resfriarse, aunque no sentía frío, no lo sentía desde que su sol desapareció. ¿Hace cuánto que no lo veía? Al menos le dijo lo enamorado que estaba de él, al menos le dijo las verdades que tenía que decirle.

Lo extrañaba, lo amaba. Su cabello pelirrojo, sus labios carnosos, su tibia piel. Todo en su Shouyo era tan perfectamente imperfecto.

—Tsumu —lo llamó su hermano observando al frente del auto el semáforo en rojo—. ¿Estás bien?

—Si —respondió escueto—. Estoy bien. —Mintió. No estaba bien, ¿cómo ves a la persona que amas y te dices que es tiempo de dejarla ir.

Ambos hermanos siguieron su camino hasta el restaurante, aparcaron en el estacionamiento y entraron. Era un lugar cálido y un toque elegante, el ambiente era sumamente agradable, guirnaldas de luz caían en del techo e iluminaban el lugar, había una pared que parecía ser de enredaderas artificiales en un concepto minimalista, eran la zona brillante del lugar pues todo era blanco, negro y café.

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2021 ⏰

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