Palabras
Dulces y esperanzadoras,
Llenas de cariño y amor,
Que inspiran alegría y ventura,
Y acaban llegando a mi triste corazón.
Hasta este,
Que con palabras dañinas,
Llenas de ira y furor,
Que me intimidan y hieren,
Lo destruyeron sin temor.
Pequeña me sentía,
Con el corazón hecho trizas.
Culpable creí que era yo,
Cuando no lo era.
Él me mintió,
Uso palabras inciertas,
Palabras envenenadas.
Me encerré en mi misma,
En mi pequeño mundo de cuatro paredes,
Esperando a que él apareciera con temor.
Pero un día todo cambio.
Leí tus cartas,
Escuche tu voz,
Tus palabras.
Esas que me hicieron enfrentarme a él,
A salir de este zulo,
A recobrar mis ganas de vivir.
Tu me cambiaste,
Me salvaste
Y te lo agradezco,
Pero he de irme.
No puedo quedarme aquí,
Él me sigue
Y aunque quisiera quedarme aquí escondida,
No podría.
Espero que estas palabras te hagan comprender,
Te hagan reconfortar por mi huida,
Pero sobre todo,
Espero que gracias a ellas
Me puedas recordar.