[ 00.6 | Frente al peligro ]

329 75 26
                                    

Los minutos pasaban cada vez con más lentitud, y es que estar sin hacer nada, paseando de vez en cuando entre los pasillos de la gran mansión, no era la cosa más entretenida que se le podía ocurrir a Narumi.

Ya había tenido suficiente con hablar con algunos amigos de sus padres o personas extrañas que siempre se le presentaban. Para los acuerdos con sus padres las personas siempre se acercaban a ella pensando que así podrían lograr algo más facilmente, pero la verdad es que por muy participativa que Narumi podía ser en los negocios ella no controlaba lo que se haría y lo que no, simplemente colaboraba con lo que podía y ya.

Había hablado unos temas con Metori, pero nada más que temas de negocios. Tampoco es que le gustara la idea de pasar mucho tiempo con él.

Decidió dirigirse al baño para despejarse un poco y aprovechar de arreglar su maquillaje si veía que algo se había corrido.

La casa de Metori era tan grande que a veces admitía perderse dentro de ella. Y es que hablábamos de un exagerado tamaño para solo tres personas. La mansión Saiko contaba con más de seis dormitorios en total. Muchos de los cuartos que tenían se habían decorado para distintas finalidades; como una sala de cine, cuartos de estudio, cuartos recreativos, una gran sala principal, varios baños, living, comedor, una cocina enorme, etc. Habían tantas cosas que Narumi a veces pensaba que no había nada que no tenían allí dentro.

Dejó esos pensamientos de lado para poder ver su reflejo en el gran cuarto de baño; sus ojos se veían más cansados de lo normal pero agradecía haberse puesto una buena cobertura de maquillaje, o ahora lo único que vería sería una copia barata de una película de zombies. Se arregló un poco su cabello y a ella misma.

No alcanzó a dar más de dos pasos cuando al salir del baño se encontró con un duro pecho frente a ella. Maldijo por la bajo para después subir su mirada y encontrarse con uno de los invitados.

-Perdón y permiso- habló no dirigiendo mirada a la persona frente a ella, pero sus cejas se juntaron con enojo al ver que el chico frente a ella no la dejaba pasar y solo se quedaba quieto en donde mismo. Sus ojos chocaron con los de él y se dio cuenta que era el chico con el que se había topado junto a sus hermanas. -Permiso.- repitió un poco impaciente por el contrario.

Le irritó aún más que sus labios se curvaran en una pequeña sonrisa coqueta y que su peso cambiara a uno de los lados, en una obvia y descarada forma de coqueteo.

-¿Qué te parece si vamos por unas copas, linda?

Narumi quiso darle un buen puñetazo ahí mismo, pero en cambio a eso, dio un paso al frente, chocando sus hombros con fuerza y librándose por fin de su acorralamiento. Acomodó su bolso y avanzó, pero sus pasos nuevamente no llegaron muy lejos ya que el cuerpo del contrario nuevamente se instalaba frente suyo con una sonrisa de superioridad instalada en su rostro.

"Es mucho más molesto que Saiko"

-Déjame pasar- habló firme, mordió levemente su labio con nerviosismo al ver que no estaba consiguiendo nada más que el chico frente a ella se divirtiera con ella y sus obvias reacciones de inquietud.

Él dió un paso al frente haciendo que inconscientemente la de cabellos más claros retrocediera.

"Este imbécil" maldijo para sus adentros, sabiendo bien que no podía llegar a hacer un escándalo por lo menos dentro de esa mansión y teniendo a sus padres en el mismo recinto.

Los pasillos de la segunda planta estaban vacíos y Narumi quiso simplemente maldecirse a sí misma por habérsele ocurrido subir al segundo piso pensando que así estaría más tranquila. Pero había ocurrido todo lo contrario y ahora el hijo de no se quien estaba frente a ella prácticamente que acosandola.

Al que recordó como de apellido Takahashi posó su mano apoyándose contra la pared e inclinándose nuevamente a la rubia, sonriendo con superioridad y un deje de diversión.

-Vamos, no te estoy pidiendo mucho. Solo vamos por algo para tomar.

-Y yo te estoy diciendo que no.- puntualizó con ya evidente enojo en su rostro y tono de voz, harta de la persona frente a ella. Siguió por el espacioso y largo pasillo reluciente de baldosas blancas y brillantes luces que solo hacían molestar sus ojos.

Sus tacones resonaban en el piso y los pasos del chico detrás de ella también. Solo le ignoró hasta casi llegar a la escalera que daba para la primera planta, donde Takahashi le hizo retroceder posando sus manos en una de sus muñecas y haciendo que la respiración casi se le fuera por el susto. Con su respiración agitada le miró enfurecida y forcejeó tratando de salir del fuerte agarre del mayor.

-Suéltame o voy a gritar.

Quería llorar ahí mismo, sus manos sudaban y maldecía interiormente por la situación en la que estaba, sus ojos con rencor al contrario solo buscaban alguna forma de salir de ahí mientras su muñeca dolía por el fuerte agarre.

"Maldición, me va a dejar una marca"

Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver el distintivo cabello grisáceo de Saiko subir las escaleras distraídamente con su distintiva aura de superioridad que en verdad a estas alturas le daba lo mismo a Narumi.

Al parecer su expresión fue demasiado obvia ya que el castaño miró a la misma dirección que ella y su rostro se tiño con evidente fastidio.

Narumi creyó que la soltaría, sin embargo, su corazón se detuvo por un segundo cuando en un rápido movimiento su cuerpo golpeó fuertemente con la pared y un evidente sonido de queja se quedó entre sus labios los que habían estampado contra los suyos.













club de haters contra Takahashi —>

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


club de haters contra Takahashi —>

ay no m maten ya se viene lo bueno 🏃🏻‍♀️

no se olviden de apoyar si les gusta la historia wawis ♡ ˚.*ೃ

Juegos de poder [Saiko Metori] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora