[ 00.8 | Rumores ]

339 73 17
                                    

-¿Y?, ¿para qué me llamaste?

Saiko estaba sentado frente suyo, con las cejas levemente fruncidas y su labio curvado en una línea recta mientras la miraba atenta y curiosamente. Sus ojos paseaban entre las decoraciones del pequeño café en el que estaban y la carta en sus manos que Narumi le había pasado hace tan solo unos minutos.

Refunfuño por lo bajo al ver que toda la atención de la chica estaba puesta en su celular y pasó una mano frente a ella en un intento de captar su atención.

-¿Me vas a decir o no?- alegó con impaciencia marcada en su tono de voz. Ito elevó su mirada por unos segundos, encontrándose con la de él.

-Pide algo por mientras, dame dos minutos.

Saiko volvió a suspirar mientras que esta vez su mirada leía las letras en el menú y se preguntaba qué era lo que tanto hacía la chica de cabellos más claros que la tenía tan inmersa en su celular.

El clima estaba especialmente caluroso ese día, así que Narumi llevaba una alta coleta que hacía resaltar sus facciones y vestía un simple y lindo vestido blanco.

Saiko tragó en seco al fijarse que se estaba totalmente absorto en la apariencia de la chica y volvió su vista a la carta entre sus manos.

-Okay, ahora sí- habló por fin, llamando la atención de Metori, quien dejó la carta a un lado para volver su atención a ella.

-¿Para que me llamaste?

-Necesito tu ayuda para ponerle una demanda a Takahashi como testigo- saiko trago en seco y la miró con ojos preocupados mientras su corazón se aceleraba con inquietud

-¿Qué fue exactamente lo que te hizo?- para los ojos de Narumi, Metori se veía sumamente tierno a sus ojos y sonrió sin querer pese a que en su mente pasaba la escena que el chico de cabellos castaños le había hecho y una presión en su pecho se hizo presente y una sonrisa triste nuevamente adornaba su pálido rostro.

-Umh, por suerte no mucho, solo me dejo unos moretones en la espalda y la herida que curaste ayer, pero ya les saqué fotos, solo necesito que me acompañes como testigo.- pausó -Eso es todo lo que tendrías que hacer.

Metori asintió casi en seguida y vio como esa sola acción relajó el cuerpo de la contraria.

-Bien, entonces vamos después, por mientras pide algo, yo pago.

Saiko aceptó a la fuerza y pasaron unos minutos en el café mientras conversaban de temas triviales, Narumi nunca se imaginó que algún día iba a estar conversando tan tranquilamente con el chico en un café, mucho menos que se reirían juntos de algunos temas.

Después de tomar algo se dirigieron a hacer la demanda y pasaron por algunos lugares más antes de cada uno ya prepararse para ir a sus casas.

-¿No quieres tomar once en mi casa?- Saiko se dirigió a la chica mientras que los dos esperaban sus respectivos vehículos en una de las veredas principales del centro. El clima empezaba a enfriarse y las luces de los locales ya se habían prendido. Ito le miró un momento con una mueca extraña que Meotri en verdad no supo interpretar en ese momento pero luego su mirada se desvió a las decoraciones de la ciudad. Saiko vio su perfil y noto que sus mejillas estaban levemente sonrojadas al igual que su nariz, supo enseguida que era por el frío clima que ya anunciaba que era tarde noche.

-¿Por qué preguntas eso?- le respondió.

Metori se encogió de hombros guardando sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

-Para...¿ser educado?

Escuchó la risa de la chica a un lado suyo y no se contuvo de también contagiarse por esta, los dos rieron mientras el ambiente los envolvía en uno más cálido.

-Ya veo, pero no gracias, tengo cosas que hacer.

Metori asintió de acuerdo y sus vehículos no tardaron en aparcar al frente de ellos, así cada uno tomó su camino.

Ito llegó a su casa después de unos minutos que le parecieron interminables por el gran tráfico de la ciudad, por mientras había aprovechado de hacer algunos trámites que podía hacer por su celular.

-Señorita estamos por llegar, su madre dijo que se dirija al comedor apenas pueda.

Ito elevó su rostro para mirarlo y asintió cansada con una pequeña sonrisa.

-Está bien, gracias por avisarme.

Tal y como había sido pedido por su madre, una vez que ya había dejado sus pertenencias en su cuarto, se dirigió con paso pesado al gran comedor de la casa. El gran recinto le parecía cada día más frío, y no sabía si era por la calefacción o porque sus padres últimamente eran demasiado raros o, por decirlo de otra forma: demasiado concentrados en su trabajo.

Y lo admitía, ella también.

Quería disfrutar alguna vez tener un ambiente familiar cálido, pero al igual que Saiko, a los dos les había tocado una vida de adulto a una edad demasiado joven.

Empujó la -innecesaria- gran puerta que daba al comedor y en seguida se sentó en una de las sillas. Era hora de comer igualmente, así que supuso que era eso lo que su madre le quería decir: que comieran en familia.

Pero quizás estaba un poco equivocada.

-Vi que saliste con Saiko- apuntó la mayor con una voz calmada, frente a ella. Su padre no se encontraba en la mesa, y es más, ni siquiera en la sala.

Narumi elevó su rostro antes de siquiera poder comer un bocado de la comida y sintió, dejando el plato a unos centímetros de ella.

-Si, ¿qué pasa con eso?

Vió como la mayor se limpiaba sus pintados labios de color rojo.

-Nada- pausó -Solo que salieron fotos en la prensa de ustedes dos con un rumor de citas.

Narumi tragó en seco y sintió su corazón latiendo fuertemente.

-Oh...bueno, es falso. Solo somos compañeros de proyecto.

Sintió la mirada de la mayor puesta fuertemente en ella y no sabía por qué su cuerpo actuaba tan nervioso frente a la noticia.

-Escucha, Narumi...- nuevamente su madre habló, esta vez con una voz que parecía ser más suave que la anterior. -Quiero que finjan salir.















ª

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ª

se me había echado a perder el computador, pero ya lo solucioné así que aquí estamos, con un capítulo nuevo!

no se olviden de apoyar y dejar su comentario bbs <33 nos leemos pronto!

Juegos de poder [Saiko Metori] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora