[ 00.3 | El nuevo Saiko Metori ]

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-Oh, hola Ito.

Metori yacía a un lado de la puerta cuando la saludó, apoyado levemente con su brazo izquierdo en el gran marco de la puerta, no muy lejos de sus padres y la familia Ito. Narumi se aguantó las inmensas ganas que tenía de borrarle esa sonrisa de superioridad, ladeada y con aires de grandeza.

-Hola, Saiko.

Se obligó a avanzar cuando veía que ya todos entraban a la gran casa, acomodando su bolso y con su cabeza en alto, pasó junto a Metori rozando peligrosamente sus hombros.

El peligris no tardó en caminar a la par por el gran pasillo que unía la entrada principal con el gran comedor de reuniones, haciendo que Narumi aumentara la velocidad de sus pasos, claramente evitando su cercanía.

Metori no tardó en tomar su ritmo.

Ito maldijo por lo bajo y rápidamente aumentó la velocidad para llegar con prisa al comedor, pero Saiko seguía igualando la rapidez de su caminar, haciendo que los dos, sin darse cuenta o no tomando peso sobre ello, se encontraran corriendo por el pasillo de la gran mansión. Saiko y Narumi pasaron sin cuidado al lado de sus padres, dejándolos un tanto perplejos sobre el actuar de los dos adolescentes, sus pasos resonantes en los pasillos, hasta que Ito se dio cuenta de que se dirigían al patio.

Miró a su lado, jadeante. Metori estaba igual o peor que ella.

Pasaron los grandes y adornados ventanales que yacen abiertos al gran patio de golf que se encontraba en el recinto, siendo recibidos por la intensa luz solar reflejada en las blanquecinas baldosas recién limpiadas.

Los dos sabían que el pasto no era un impedimento para seguir la carrera, así que, Narumi, como no soportaba esos tacones negros de unos quien sabe cuantos centimetros que ni queria recordar en ese momeoonto, con una maniobra que ni ella supo como lo hizo, los hizo volar hacía quien sabe donde y siguio con grandes zancadas tratando de adelantarse al de cabellos grisaceos.

Obviamente, entre los dos, Ito era la que tenía muchísima más resistencia física.

-E-espera, I-ito- escuchó la voz entrecortada de Saiko, pero siguió corriendo ya que la respiración de él aún estaba muy cerca suyo -Para, ya para, ¡ITO!

Saiko paró, así que a Narumi no le quedó más que dejar su competividad de lado y dejarse caer junto a él en la gran inmensidad del patio.

Tomo unas grandes bocanadas de aire, recuperando lo que pensaba le faltaba a sus pulmones en esa gran trayectoria que había corrido. El sol que se reflejaba intensamente en su rostro de repente le molestaba y miró nuevamente a un lado suyo, encontrándose inesperadamente con la mirada del chico.

Resopló por lo bajo.

-No me mires así, tú empezaste.

-¿Ah? ¡pero si solo te seguí la corriente!

Narumi elevó una ceja.

-Entonces, sí me tiró de un puente, ¿tú también?

-Ni de broma, ¿que clase de pregunta es esa?

Ito volvió a mirar al cielo y sonrió maliciosamente, pero en seguida su sonrisa fue reemplazada por una mueca.

"No puede ser que esté sonriendo junto a él"

-Ito.

-Qué.

-Estoy emocionado con el nuevo proyecto.

"Imposible"

-¿Por qué?

Miró a su lado, Saiko también miraba hacia el cielo, pero nuevamente la miró a ella con repentina aura de cercanía y emoción.

"Esto es tan extraño"

-Em...cómo decirlo...- Metori carraspeo, llevando una de sus manos a su cabello como si esa acción fuera a ordenar mejor sus pensamientos. -A diferencia de antes, ahora siento que mi estatus está hecho para ayudar a los demás y no...no aprovecharme...como lo hacia antes.

Narumi asintió, extrañada pero inesperadamente feliz. Que Saiko se sincerara sobre lo que esperaba fueran sus sentimientos, se sentía extremadamente extraño.

Ella siempre quiso evitarlo a toda costa, lo que le llevó a un extraño rechazo cada vez que él aparecía en su vista, tanto así fue que empezaba a molestarse con su propia presencia o simplemente cuando lo nombraban. Pero qué más ella le iba a hacer, al fin y al cabo no solo era la imagen que todos tenían sobre Metori, si no que era la imagen que el mismo chico se había encargado de hacer ver y que demostraba ante todos.

-¿Qué es lo que te hizo cambiar?

La rubia no sabía porque repentinamente tenía curiosidad sobre ello, pero era extrañamente emocionante saber que había cambiado a el sujeto que ella encontraba y seguía viendo como un verdadero imbécil, aunque ya no tanto.

-Umh, mis amigos.

-¿Amigos?

-Si, bueno, en verdad fue uno de mis compañeros- rió -es una larga historia, pero he aprendido bastante ahora que asisto a esa academia.

-Ya veo...- Narumi suspiró nuevamente, evitando meterse mucho en el tema a pesar de la curiosa personalidad con la que contaba -Entonces, vamos yendo antes que nos reten.

-¿Corriendo?

-No estés de broma, Saiko. Siento que bajé mil kilos.

Metori le dió la razón entre una extraña mueca, y, cuando los dos pusieron pie nuevamente en esas baldosas de mármol que se mantenían siempre relucientes, sus padres se encargaron de darles un buen sermón entre las pequeñas risas que ellos soltaban cuando se miraban el uno al otro.

Al fin y al cabo, para Narumi quizás no era tan terrible convivir con ese egocéntrico chico, ya no tan egocéntrico.


















es extraño que suba un capítulo tan seguido pero ¡disfrútenlo!

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es extraño que suba un capítulo tan seguido pero ¡disfrútenlo!

nos leemos pronto bbs <333

Juegos de poder [Saiko Metori] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora