[ 00.5 | Inquietud ]

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Las semanas pasaban y el chiste de Saiko y las citas estaban cada vez más gastadas y a Ito lo único que le provocaba era que su medidor de "puñetazos que le quiero dar a Saiko Metori" aumentará con el pasar de los días. Tal era el punto, que la de cabellos rubios pensaba que su cerebro no daba para procesar más vocabulario que eso.

No fue hasta que en una de las últimas reuniones que ya les tocaba, después de la cena y que el cliente se fuera, Saiko soltó el chiste una vez más.

Narumi quería darle un puñetazo, pero se contuvo y en vez de estampar su puño contra su mejilla, esta vez sus labios hicieron presión en la zona con un suave rose.

-Claro Saiko, nos vemos en nuestra próxima cita.

Ito se subió en seguida a su vehículo que ya la esperaba en la esquina y no miró hacia atrás hasta que el auto polarizado pasó a un lado del chico y vio cómo su rostro seguía teñido de un rojo vivo, aún en pie y con cara de haber visto como lo aduce un alien.

"Que exagerado" pensó para sí misma, dejando el tema de lado en su mente y concentrándose ya en sus cosas. La próxima semana ya era la última de las reuniones, esta vez con sus padres, así que ya tendría que estar todo listo para poner en marcha el proyecto tan esperado de la colaboración de las dos empresas.

Como ya se le era costumbre, los días se le pasaban rapidísimos con la gran cantidad de cosas que tenía que hacer. Para su suerte, los exámenes ya habían terminado y esta vez solo le quedaba esperar sus notas para cerrar el semestre de una buena vez. Así, llegó la esperada reunión final y todo salió de acuerdo al plan.

Pero para inquietud de Narumi, Metori andaba mucho más callado y retraído de lo usual. No hacía chistes sobre citas, tampoco ocupaba un tono de coqueteo y menos soltaba chistes que pudieran irritar a la rubia. Ito se sintió un poco mal en seguida, quizas habia sido super incomodo su actuar con el del ultimo dia en que se vieron, así que una vez que todos se dispersaron por su camino, paró el caminar del chico con una mano.

Sintió como el contrario se estremecía a su toque, así que enseguida lo soltó y le dijo que solo iba a hablar con él no más de cinco minutos. Saiko tenía un rostro de duda, pero finalmente asintió y los dos se dirigieron a un pasillo menos transitado del restaurante.

-Bueno...- empezó hablando Ito, la expresión de palabras no era su punto fuerte, pero se regañó mentalmente por no tener el suficiente valor de pedirle disculpas al chico, o quizás era solamente su orgullo y rechazo que tenía en contra de él. -Perdón por sobre pasarme el otro día, no pensé en lo incómodo que te pondría, así que perdón por eso, sobre todo porque lo hice sin ningún permiso.- terminó diciendo rápidamente, esperando que Saiko entendiera sus rápidas palabras.

El tema pareció sorprender al contrario ya que sus ojos reflejaban sorpresa y terminó soltando una sonrisa que más bien parecía nerviosa. Narumi sentía su rostro caliente, por lo que supo enseguida que sus mejillas seguro tenían aunque sea un leve tono de rosa.

Sus miradas coincidieron y enseguida la desviaron con incomodidad.

-Bueno...no te preocupes, yo fui el que empezó primero y tampoco tome en cuenta si te incomodaría o no.- Su mano derecha se elevó frente a Narumi, quien la miró dudosa -No seas así, hagamos la paces.

Ito giró los ojos y finalmente accedió a hacer un corto y firme apretón de manos. Donde se fijó que la mano de Metori estaba significativamente más caliente que la de ella.

Al salir del lugar junto con sus padres, cada uno fue por su lado, porque no tenían nada más que agregar y simplemente porque no eran tan cercanos como para invitarse algo después de una reunión, tampoco es que les afectara estar separados, ellos eran simplemente compañeros de trabajo.

Juegos de poder [Saiko Metori] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora