4. Katie

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—Eh, Oliver, Oliver, despierta...— me dijo Flint mientras me daba toquecitos y me tiraba de la camiseta para que me levantase.

—Cinco minutos más mamá, porfa— murmuré todavía medio dormido.

—Joder...—suspiró Flint mientras se acercaba a un árbol para coger algo.

Entonces sentí como me caían en la cara un montón de palos, corteza, paja y trozos de madera.

—¡AHHH!¡Qué es eso!— grité asustado tras pegar un salto y despertarme.

—Fin de la siesta, princesa, nos movemos— dijo Flint mientras se ponía su sucia gabardina marrón —. Dentro de unas horas esto va a estar lleno de policías buscándote, recuerda que estamos en el bosque de al lado de tu ciudad de residencia Growsville.

Miré para ver qué me había tirado Flint, y vi que era la leña que consiguió anoche y que usamos para avivar el fuego y cocinar el conejo.

Me fui a un árbol a hacer pis, algo somnoliento y con dificultades ya que el soldado Ryan estaba de servicio, pero lo conseguí sin muchas dificultades.

Miré al cielo y vi que acababa de salir el sol, por lo que ya era primera hora, y efectivamente estamos por partir como dijo Flint. Yo no tenía casi equipaje, solo mi ropa y la Nintendo. Cogí la consola y me la metí en el bolsillo del pantalón, cerrando la cremallera del mismo.

—Ya estoy preparado para irnos— le comenté a Flint mientras me quitaba las legañas de los ojos.

—Antes de irnos tenemos que borrar nuestro rastro o modificarlo— contestó Flint ya vestido y preparado para partir.

Flint sacó su cuchillo, se cortó el antebrazo izquierdo y la sangre comenzó a brotar, rápidamente esta tomó forma de pala y se solidificó.

—Creo que lo mejor es enterrarlo— afirmó mientras empezaba a hacer un hoyo con su pala carmesí —. Tú, ve recogiendo la leña, los palos, los restos de la hogera, etc...

Cuando Flint terminó de cavar el agujero, tiramos dentro todas las cosas y lo tapamos; después, echamos algo de hojas y paja seca para que se mezclase con el ambiente de bosque seco.

—Ya hemos terminado, podemos partir— dijo Flint tras soltar un suspiro.

Miré la hora que era en mi Nintendo, eran las siete y media de la mañana, si no nos dábamos prisa la policía podría alcanzarnos.

Comenzamos a caminar a través del bosque, alejándonos cada vez más de Growsville. El verano había dejado un paisaje árido; la hierba se había vuelto amarilla y había perdido su flexibilidad, el aire estaba más seco que durante el resto del año y el suelo era arenoso; cosa que hizo mella en nosotros. Al cabo de quince minutos andando comenzamos a sudar, yo estaba fatigado y muerto de sed, llevaba desde ayer a las ocho de la tarde sin tomar agua, además sudaba con relativa facilidad.

—Nuestra misión ahora es encontrar agua y comida— aseguró Flint —. Hay un pueblo a las afueras del bosque, está a una hora andando aproximadamente, allí podremos reponer provisiones y con suerte pasar la noche.

—Oye Flint, vamos a hablar de algo para que el camino se haga más corto.

—Tengo dos preguntas— le comenté mientras andábamos.

—La primera es que cuántos años tienes, y la segunda es que cómo aprendiste a usar tu poder y a pelear.

—Yo tengo 19 años y descubrí mi poder por accidente, al igual que tú— respondió algo serio.

Flint me contó que lo descubrió el día que cumplió nueve años cuando le sangró la nariz. Dijo que estaba jugando con sus amigos y se chocó con uno de ellos golpeándose la nariz contra su cabeza, esta empezó a sangrar, pero durante unos segundos la sangre se comportó de forma extraña moviéndose sin sentido y coagulándose parcialmente. También, dijo que en algunas ocasiones pasó lo mismo con el sudor y a la hora de hacer pis.

Gen ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora