Editado.
—¿Nos vamos? —Ellos asienten. —Adelante, los seguimos.
Empezaron a caminar, Gaia llevaba su mochila mientras caminaba con Wolf y Ares, iban sin ningún tipo de correa, el camino fue silencioso, más no incomodo. Aunque lo anterior sucedido fue un momento incomodo, no solo para el trio de hermanos, sino también para Gaia. Ya todos más relajados y con los puntos aclarados siguen su camino.
—Falta poco para cruzar la calle, ¿No quieres ponerles correa? es una avenida concurrida.
—Tranquila, ellos andan tranquillos y seguros, incluso con otros perros son tranquilos, no hay nada de que preocuparse. —Siguieron caminando y efectivamente esperaron pacientemente que su dueña avanzara para seguirse el paso.
—Eso es increíble, que bien disciplinados son. —Dice Jayla mientras camina, admiraba lo tranquilos que eran. —Los entrenaste u algo así...
—Wolf si está entrenado, Ares no tanto como Wolf, imagino que solo lo imita. Ambos son como hermanos, lo somos los 3.
Gaia estaba seria, odiaba los problemas que involucraban mentiras, no estaba enojada con ninguno de los hermanos pero si estaba molesta por todo, por que solo se sacaron conclusiones y no se dialogo nada.
—¿Quieres que te ayude? Déjame llevar tu mochila. —Propone Javon, Gaia solo le dedica una sonrisa ladeada y él toma su mochila, ella no se opone.
Luego de unos minutos de estar caminando, llegaron a la casa de los Walton, una casa hermosa, grande y sobre todo con algo único que Gaia amo, ese hermoso sentimiento que era un hogar que abrigaba a una familia unida. Al llegar a la entrada Javon abre la puerta con su llave y al entrar se escucha la voz de su madre, se escuchan unos pasos y veo a Daelo correr.
—Oh, Gaia estás aquí. —Él se acerca y le brinda un cálido abrazo.
—Me encontré a tus hermanos y como moría por verte vine lo más pronto posible. —Gaia corresponde su abrazo y él ve a Ares y luego se le queda viendo a Wolf, ambos se ven, pero ninguno se mueve, lo que provoca pequeñas risas de los presentes. —¿Qué pasa campeón?
—Tu perro parece uno de esos lobos grandes que salen en la tele, de los que están en el polo norte. —menciona el menor sin quitarles los ojos de encima.
—Te sorprendería la cantidad de veces que me lo han dicho. —Se escucha que alguien se acerca.
—¿Cómo les fue? —Era la señora Walton y cuando me ve sonríe. —Hola Gaia, ¿Cómo estás?
—Muy bien señora, ¿Y usted cómo está? —Responde Gaia felizmente.
—Bastante bien, apenas te iba a enviar la dirección.
—Oh si, lo que pasa es que pase por el colegio de los chicos y pues aquí estoy.
—Que lindas mascotas Gaia. ¿No muerden? —Pregunta dudosa por el tamaño del can.
—No para nada, no son nada agresivos.
—Tenemos un perro, pero los mantendremos separados si así gustas.
—No no no, para nada ellos siempre se llevan bien con cualquier mascota, son bastante tranquilos, además esta es su casa y sus mascotas pueden estar donde siempre están. —Odiaba la idea de que tuvieran que limitar a su mascota en su hogar solo por la visita, además ella sabía que Wolf y Ares no le harían ningún daño.
—Traeré al perrito para ver cómo se llevan.
Jessica va por el perrito mientras que los hermanos Walton y ella se quedan en la sala, se escucha que un perrito viene corriendo, el perrito al ver a Wolf y Ares se queda quieto, luego se acerca un poco, Wolf estaba sentado y Ares al ver que el perrito se acercaba se puso debajo de Wolf y se queda quieto. El perrito se acerca y los olfatea un tanto dudoso.
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Corazones en Guerra©
RandomMuchos piensan que el amor verdadero es aquel que cumple todas tus expectativas, aquella persona que siempre soñaste físicamente, cuando en realidad el amor verdadero es aquel con quien conectas, con quien te sientes seguro, tranquilo. Todos soñamos...