{COMPLETA}
Alaska Wilson, princesa mimada ante los ojos de los demás, pero en realidad, es la persona más amable y dulce que podrás conocer. Todos creen en el falso rumor de que es una pesada, pero casi nadie se acerca a conocerla de verdad.
Theo S...
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Alaska
Una voz que la de atrás de la mujer en la puerta me sobresalta.
La mujer se hace a un lado y una señora de unos 80 años aparece tras ella.
Es ella, definitivamente es ella. Se ve unos años mayor que en las fotos del pasaporte, pero definitivamente es ella.
Los ojos se me llenan de lágrimas y yo me llevo una mano al pecho.
Ella está igual que yo, tiene los ojos llenos de lágrimas y solo me mira.
- ¿Usted... usted es...? - intento preguntar, pero las palabras no me salen de la garganta.
Theo me da otro apretón en la mano y habla:
- ¿Usted es la señora Makayla?
-Si, soy yo - responde ella sin dejar de mirarme - tú eres Alaska, ¿Verdad?
- ¿Cómo sabe quién soy? - le digo sorprendida.
Ella suelta una risita y se acerca más a la puerta.
-Yo te busqué por todos lados en internet, Noelle me ayudó - dice ella señalando a la mujer que nos da una leve sonrisa.
Yo solo la puedo ver fijamente, no tengo palabras, hasta que algo hace click en mi cabeza.
-Si me buscaste ¿Por qué no me contactaste? - le digo dando un paso al frente - ¿Por qué no nos buscaste a Sydney y a mí?
-Yo... - balbucea - yo no podía, no puedo.
- ¿Por qué? - doy otro paso
-Porque... - ella deja de hablar, suspira y luego da un paso hacia atrás - ¿No quieren pasar?
Miro a Theo para saber si él quiere pasar.
-Si tú quieres entrar, entramos - me dice - es tu decisión.
Suspiro.
-Entremos - digo encogiéndome de hombros.
La mujer se mueve más al lado de la puerta para hacer el suficiente espacio para que nosotros entremos.
Ya adentro ella dice:
-Mak, yo me voy - se cuelga un bolso en el hombro - creo que necesitan hablar a solas de muchas cosas.
Ella nos da una sonrisa y asiente una vez con la cabeza para luego salir de la casa dejándonos solos.
-Pasen, por favor.
Las paredes de la casa son todas blancas. En la sala hay un sofá de dos plazas pequeño color crema con dos cojines marrones y uno naranja pálido. Hay otros dos sofás individuales del mismo naranja del cojín, pero a diferencia de del otro sofá, estos tienen un cojín marrón y uno color crema.
-Siéntense, por favor - nos dice ella señalando el sofá doble mientras ella se sienta en uno de los individuales.
Desde aquí se puede ver la cocina. Hay una barra alta de granito negro con cuatro bancas son espaldar que está pegada a una pequeña pared que la conecta a la cocina. Es una casa muy bonita y moderna, a decir verdad.
