No siempre se nace siendo un princípe✔🌈

Parte 36: Un año cambia millones de cosas, como en un solo día miles...

Estos últimos meses han sido demasiado ajetreados, ya que estábamos en cierre del segundo semestre del tercer año de la carrera osea que estaba pegando carrera para terminar todo de una manera espectacular y como siempre me lo he propuesto logre conseguir el mejor promedio.

Luego pasaron las fiestas de diciembre que realmente fueron las primeras que sentí que eran especiales no solo porque las pasé al lado de Jasper sino con todas personas a las que yo quiero y sobre todo sin Paul del cual no sabemos nada desde que mi madre lo corrió tanto de la casa como de la empresa siendo lo último que supimos de él que estaba viviendo en una casa que había comprado mientras era el que manejaba la empresa de mi madre.

Estoy súper emocionado porque a pesar de que estamos a inicios de un nuevo puedo ver atrás y darme cuenta cuántas cosas había cambiado ya que hacía un año como hoy 24 de enero, estaba desesperado hasta el punto de darme por vencido en encontrar un trabajo pensando en que la empresa de mi padre se caía a pedazos y como podría yo costearme mis cosas y pensar que ese día que por desesperación entre al lugar que menos esperé que me acogiera y me diera una oportunidad no solo de empleo sino de conocer el amor, aceptar muchos retos y sobre todo al fin ser libre y sincero pues si digo que eso no es nada seria un maldito cobarde y un gran pendejo porque así fue.

Seguía viendo como las gotas de lluvia caían en ma ventana y la dejaban pringada recordando así como de pequeño me sentaba en la misma posición ya fuera en sala de mi casa o en mi cuarto a ver deslizarse las gotas creyendo que iban en una clase de competencia y al estar tan ingrido en ello no sentí en que momento Jasper se había sentado a mi lado junto con choco leche y galletas para compartir hasta que sobrepuso su cabeza en mi hombro.

Y ahí desvíe la mirada de la ventana a su rostro para detallar lo una vez más como lo había hecho desde el día que llegó con Jean y sus otros amigos a la confitería por la propuesta de matrimonio, con sus ojos de un azul precioso, su labios no tan gruesos ni delgados sino que simplemente parejos, su nariz con puente recto y algo redondita en la punta, su barba que deja crecer para luego cortarla a los días y repetir el mismo proceso.

Jasper: ¿En qué piensas, corazón?

Reid: En lo mucho que agradezco a lo que sea que permitió que no me aceptaran en ninguno de los sitios en los que solicité trabajo y que tú mamá me lo diera sin siquiera dudarlo un instante.

Jasper: Si quien diría que mi madre haría de cupido una vez más en esa tienda o bueno que el destino nos hiciera coincidir en más de una ocasión primero en la confitería que fue la primera vez que vi tu rostro y me pareció extremadamente interesante que no lograba quitarte los ojos de encima, la segunda en tu universidad cuando me tocó entregarte aquel reconocimiento y que pude saber al fin algo más de ti y por último esta la noche que tú pad... digo por Paul me había dicho que llegara a cenar con ustedes.

Reid: Si aún recuerdo lo rojo y súper caliente que sentía mis pobres cachetes porque pocos días antes había preguntado a tú madre si eras soltero y el me dijo que si.

Jasper: Si ella ya sabía o al menos alguna intención tenía con decir eso y sabes se lo agradezco mucho porque me permitió conocer el amor de mi vida que ahora o mejor dicho en unos cuantos años será mío para siempre y yo suyo sin que nadie nos separe.

Reid: Eso sonó a votos matrimoniales, Jas.

Jasper: Pues no lo son ya que esos no los diré hasta que estés en el altar, por lo que eso los convierte en una promesa que cumpliré como si mi vida dependa de ella ya que así es porque tu eres mi vida.

Reid: Tu también eres mi vida, mi corazón, mi amor, mi alma gemela; y yo sé lo difícil que te es expresar todos tus sentimientos y por eso momentos como estos se que son sinceros porque palabras tan bellas como esas saliendo de tu boca mentiras no pueden ser.