VI

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Cuando las parejas cometen el error de unirse sin ser seres destinados, la pena a su ofensa es la soledad eterna "-no conseguirás paz, no hallaras calma a ningún lado que vayas-" porque los dioses no permiten errores en sus reglas, se aplican con mucha más fuerza cuando un elegido de la luna con marca de nacimiento se une a un puro.

Si la marca no aparece aquellos sin una serán condenados, pueden sentirse tan solos que caminaran con pasos firmes hacia la locura, ya sucedió antes, ya son historias viejas de desgracias difusas y corazones confundidos.

Nadie en la historia había visto la unión de un lobo con marca de nacimiento siendo pareja de un puro, solo gritaba fracaso.

Gulf lo sabía. No podía hacerle eso a alguien como Mew, probablemente el peli plata encontraría a su pareja en algunos años más, sería feliz, formaría una familia, o simplemente viviría unido a su alma gemela. Eso deseaba el general para Suppasit, porque la idea era un consuelo por sí sola, a pesar de que la lagrima que resbaló sin ser consiente no decía lo mismo.

El general dio un respiro profundo y llenó sus pulmones tanto como pudo, se reacomodó la pequeña mochila que llevaría consigo y aseguró la puerta de su casa.

Mild le sonreía sin fuerzas, no tenía la vitalidad que siempre lo acompañaba. Boat estaba a su lado tomando su mano con pequeñas carisias que buscaban animarlo.

- Nadie entrara a robarte idiota – se burló Mild un poco, su pareja movió la cabeza en desacuerdo porque el pequeño alfa debería estar descansando y no molestando a Gulf.

- ¿Por qué mierda estas aquí? ¿No estas a punto de morirte?

- Eso quisieras Gupie, pero soy alguien muy fuerte.

Ambos amigos se vieron en la última mirada que decía todo "cuídate" los cambia formas habían sido unidos desde pequeños, crecieron juntos, se animaron uno al otro y en momentos como estos solo querían al menos tener la oportunidad de mirarse el rostro, conectar sus emociones sin hablar.

- Promete que no serás un hijo de puta con los lobos del exterior.

- Si ellos no me provocan.

- Gulf promételo.

- Está bien Mild, intentare tratarlos bien, pero tú debes cuidarte, sería un fastidio volver y tener que soportar a tu hermano yo solo y a este perro –miró a Boat- volviéndose loco de tristeza.

- El que debe cuidar su culo eres tú.

Gulf sonrió y se acercó un poco más a los cambia formas frente a él, no era común mirar a Gulf frágil frente a otros, pero en extrañas ocasiones, bajaba la guardia solo un poco.

Abrazó a Mild ligeramente, no muy apretado porque su mejor amigo estaba sufriendo incluso si no lo decía, no tan cálido porque si no, no sería Gulf, Mild con la poca energía que quedaba en él le devolvió el abrazo.

- Cuídate y no hagas estupideces, recuerda que al final somos una manada y aun si ahora no soy una gran ayuda estoy contigo.

- Tú también cuídate pequeño omega – Gulf bromeo hacia el final del abrazo porque su amigo odiaba ser llamado omega, aunque estando con Boat completamente lo era.

- Cuídate Gulf –por fin habló el lobo peli negro junto a ellos- no te preocupes por nada aquí, yo cuidare de Mild.

- Lo sé, pero recuerda que si a este idiota le pasa algo iré por ti y ejecutare el plan c5.

Mild sonrió un poco más de ser posible y tomó la mano de su pareja con aun más fuerza – estas tan jodido- dijo entre risas, el alfa de cabello negro rodo los ojos porque no podía ser posible que estuviera tan malditamente enamorado de alguien como Mild.

Destino, Soledad o un Sol - MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora