"02"

20 11 15
                                    

Mi reloj marcaba las 3:00 AM y mi insomnio hizo presencia. Acomodé una almohada detrás de mi cuerpo y encendí la lámpara, la habitación se iluminó de pequeños corazones rosa por doquier. Agarré el libro de la mesita de noche y me dispuse a abrirlo en la página 17, comencé la lectura:

-¿Qué es eso? - Apuntó con su dedo índice hacia mi blusa entrecerrando los ojos.

Mi mirada viajó a la dirección donde apuntaba y sentí mis mejillas arder.

-Pasta de dientes.

Comencé a reír con esa escena. Dios, Weigel si que era torpe, yo pensé que yo lo era. Estuve leyendo por un buen rato, no supe exactamente por cuanto pero repentinamente un ruido en el jardín alertó mis sentidos.

Cerré el libro llamado "Boulevard" que papá me había regalado hace unas semanas atrás para mi cumpleaños y me puse casimente sin poder, de pie frente a la cama.

Posibles dos opciones:

1: Ruffus, el gatito blanco y gris del vecino anda nuevamente rondando nuestros alrededores.

2: Algún intruso quiere usurpar en nuestra casa.

El ruido intensificó y mi corazón comenzó a latir rápidamente, tenía miedo, miedo de ser asesinada o miedo a caer nuevamente en un ataque de pánico.

El maullar del gato alivió la presión en mi pecho, confieso que había estado aguantando la respiración por unos segundos, no estoy segura cuando comencé a hacerlo, pero lo creí necesario por si era alguien y no Ruffus.

Caí en la cama y tapé nuevamente mi cuerpo.

-Ruffus, ven cariño, ven. - el gato obedeció a mi orden y llegó a mi cama, se posicionó justo a mi costado derecho, ahí donde siempre descansaba Holly, la perra Huskey que tuve de mascota casimente desde los seis años hasta mis 17, cuando falleció gracias al moquillo canino. El gato se estrujó contra mi manta morada y yo miré el celular, 3:39 AM, ya los ojos me pesaban y tenía rato bostezando.

-Hora de dormir Ruffus, hasta mañana cariño. - ronroneo en respuesta y yo apagué la luz de noche.

???

Cuando desperté, el lado de Ruffus aún estaba caliente, supongo que se habrá marchado hace poco. El olor a comida recién echa impregnó mi habitación. Miré a mi alrededor y vi la bandeja de comida, papá había echo desayuno antes de irse.

Levanté mi cuerpo pesado de la cama y recogí mi cabello desordenado en un moño alto, limpié las lagañas de mis ojos y me puse las gafas, las usaba cuando fijaba la vista y hoy lo iba a hacer bastante, tenía que adelantar dos proyectos de la escuela.

Cojee hasta la mesa de la computadora, y miré el desayuno, tostadas, una taza de café, mermelada, huevos y unas cuentas cerezas, tomé una fotografía y la postee a mi Insta Story, metí el dedo dentro de la mermelada y seguí rumbo a tomar la toalla, debía ducharme ya.

Había tomado un largo baño, decidí depilarme las piernas y axilas y lavar mi cabello, tenía demasiada calor. Sentada en la cama, con la toalla aún sobre mi cuerpo, comencé a masajear mi cabello con crema para conseguir mis perfectos y rojizos risos. Por como había comenzado mi mañana, tendría un buen día hoy. Sonreí para mis adentros.

Mi celular comenzó a sonar y cuando miré el identificador, era papá.

-Buenos días papá, gracias por hacerme el desayuno.

Smoking Kiss Donde viven las historias. Descúbrelo ahora