─¡¿Cómo que "¿Qué pasa?"?! Joder Perxas, ¡Que la niña no está! ¡Qué se ha escapa'o!
─¡¿Qué?! ¡¿Cómo que se ha escapado Carson?!
─¡Qué sí, joder! ¡Te dije, te dije que la cuidaras sólo esta tarde! ¿Y qué pasó? ¡Te dormiste como si hubieses hecho de todo, descuidaste a Carson y ahora no sabemos dónde está! ─le reprochaba Violeta─
Para ponerles en contexto, esa tarde, Violeta, madre de Carson, tenía unas cuantas reuniones de trabajo; así que, dejó a la chiquilla de 8 años a cargo de su padre Perxas.
Perxitaa y Carson pasaron toda la mañana jugando de todo y por todo su departamento, hasta que se cansaron. Decidieron sentarse en el gran salón y poner una película cualquiera en Disney Plus+. Sin embargo, al comienzo de la película, Perxas notó que su hijita se quedó dormida recostada en su brazo, así que él copió su acción y se echó en el sillón, acomodó a Carson en su regazo y la abrazó con el fin de descansar juntos. Al rato, Perxita sintió como algo se movía; a pesar de ello, él creyó que la niña sólo se estaba acomodando y dejó pasar esa acción.
Lo que el padre no sabía, era que su niña no se había dormido, ella aparentaba soñar para así poder salir y jugar con su mejor amigo, Axozer.
La pequeña era muy inteligente, no por nada era hija de Violeta y Perxitaa. En la mañana ella le preguntó a su padre si podía jugar en los juegos que tenía su edificio donde habitaba junto con su amigo Axozer; no obstante, Perxas dijo que no, y como niña lista que era ─le hacía competencia a Matilda─ ideó un plan para conseguir lo que quería.
Volviendo al presente...
─¡Violeta! ¡Perxita! ─gritaban los angustiados padres a Axozer, Auron y Sara. A ellos también se les había escapado su hijo menor y creían que estaría en casa de su mejor amiga y refugio, Carson─
─¿Qué pasó? ─preguntó Perxas levantándose y abriendo la puerta─
─¿Axozer no estará por aquí?
─No, no está aquí, tampoco Carson, creíamos que tal vez estaría con vuestro hijo ─respondió un poco más angustiada y desesperada Violeta. El no saber en dónde se encontraba su hija sólo hacía que se desesperase más, ¿Y si alguien se la llevó? ¿Si alguien le hizo algo? ¿Y si está lastimada? ¡¿Dónde diablos puede estar mi hija?! Se preguntaba una Violeta exasperada por saber, aunque sea lo más mínimo de su hija. Y no era excepción para Sara, ella también se encontraba muy angustiada por saber el estado de su pequeño hijo de tan sólo 9 años, pero intentaba controlarse para poder buscarles con cabeza fría─.
