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Viernes por la noche, madrugada, mejor dicho. ESOS 4 reunidos cada uno en su stream.
Cande, la pareja de Juan, estaba junto a su novio en su directo. Los dos, además de sus amigos, estaban tomados. La hermana de la chica había ido de visita, así que ella sería quien manejaría la situación si es que algo se salía de control.
─A ver, a ver, a ver ─decía un Ded pasado de pedo─. Cande, te reto a que tienes que contarnos una vez en la que Juan te celó.
─No, no, no digas nada ─con un tono cute, Juan intentó callar a su sonrojada novia, quien se encontraba recostada sobre su hombro─.
─¡Noo, Juan! Déjame ─se alejó tantito de él. Cande hablaba de la misma manera que Juan, su voz era tranquila y relajada─. ¿Recuerdan mi tatuaje que tengo en mi espalda? Pues...
⬦ ۪ ʾʾ ⛓ ׅ ֹ ៸៸
Juan Sebastián Guarnizo no era una persona que se ponía celoso con tanta facilidad, o al menos, trataba de intentarlo.
Pero sentía que aquel estúpido tatuador le iría a sacar de sus casillas.
Cande, desde hace mucho tiempo, había planeado hacerse un tatuaje, pero no era hasta el día de hoy que, en compañía con Juan, lo iba a cumplir.
El problema empezaba cuando el tatuador comenzó a elogiar a su novia. Un simple «¿Qué puedo hacer por usted, bella dama?» hizo que Juan se pusiera alerta. Cande era una persona muy guapa, eso Juan lo sabía muy bien; por lo que los elogios en cualquier momento del día y viniendo de personas al azar se hacían de notar. Algo con lo que, Juan, aprendío a vivir.
No ayudaba nada a sus celos que el tatuaje sea en la espalda, es decir, su novia estaba sólo en bra (obviamente con los pantalones) frente a ese patán.
─Deberías hacerte otro tatuaje en los muslos. De por sí quedan muy bien ─habló─, y si es a ti, ¡Uff! ¡Ni hablar!
Cande volteó su vista del tatuador a su novio, a quien se le transformó la cara al oír al sujeto decir eso. Y si bien ya estaba extramadamente serio desde el inico, ahora podría intimidar a cualquier persona que se cruzara por su vista.
─¿Qué dijo? ─preguntó incrédulo el colombiano─
─Lo que oíste, viejo. La chiquilla tiene unos muslos para morirse, cualquiera podría notarlo.
Cande sintió los colores subir rápidamente a su rostro, a la par que abría los ojos, espectante a la reacción de Juan.
─¿A que sí, bro? MI NOVIA es muy hermosa ─comentó fríamente, mirándo directamente al tatuador, haciendo que el hombre se sintiera nervioso e intimidado─.
─Eh... lo lamento, joven. Creí que solamente eran amigos...
─No te preocupes, no e- ─intentó Cande calmar la situación, pero fue interrumpida─.
─¿Te parece? ─dijo sarcástico, soltando una risilla y alzando una ceja─
Cande miraba por el rabillo del ojo al trabajador, quien parecía una catarata de tanto sudar, y a su novio, quien tenía una sonrisa ladina en el rostro y en sus ojos denotaba la victoria.
Ella intentaba no estallar en carcajadas. Pero la situación era de extrema gracia. Pocas veces veía a su pareja celoso y serio, y era lindo verlo en ese estado <3
Esto, de alguna manera, le resultaba bastante atractivo. Las ganas de comerlo a besos la mataban...
─Hermano, en serio, ya te dije que lo lamento. Retiro todo lo que he dicho ─intentó lamentarse─.
─¿Estás diciendo que mi novia no es linda? ─seguía metiendo mierda─
─¿Qué? N-no, eso tampoco es lo que yo quise d-decir. Ella es m-muy linda, no me malinterpretes.
─¿Qué no debería malinterpretar? ¿Qué ella no es linda o que te le estabas insinuando frente a mí?
─A-amigo, yo no...
La chica, ya vestida, agradeció por los servicios y se marchó de ahí junto a su pareja.
Cande agarró la mano de Juan, quien iba más adelante que ella. Se detuvo, haciéndole hacer lo mismo a él, y atrajo su novio a ella, susurrándole al oído
─No te molestes, cielo. Luego te mostraré mis muslos, si quieres
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