Prólogo

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Aurela.

La sensación de la música invadiendo mi cuerpo es justo lo que necesito ahora, justo lo que necesito para olvidar la mierda de vida que llevo. Muevo mis caderas al ritmo de The Weeknd, cabe recalcar que es una canción sumamente sensual, por lo que incorporo mis manos a mis movimientos haciéndole justicia a la canción.

Siento unas manos en mi cintura y hago todo lo posible por bailar aún mejor de lo que ya lo estoy haciendo. La persona tras de mi también se mueve bien y su toque es tan sensual y provocativo que hace que todo en mi se revolucione.

La música está demasiado alta y aún así se escucha a las personas cantar sobre la música en el bar.

El chico tras de mi comienza a subir sus manos por mis costados y justo lo que estoy sintiendo ahora es lo que no he sentido con nadie. Solo una persona tiene el poder de hacerme sentir así con tan solo una mirada, pero no puede ser posible que sea él, no puede ser posible...

—Call out my name— siento como me canta en apenas un susurro esa ya tan provocadora y conocida voz para mi. Vuelve a bajar sus manos y mis caderas y afianza su agarre ahí, me da la vuelta dejándonos frente a frente.

Esto se siente demasiado bien. Sus ojos están oscurecidos y no quiero pensar que sea por lo mismo que los míos. Nuestras narices se rozan y nuestras bocas están a milímetros perdiéndose el aliento de uno en el otro. Bajo mi mirada a sus labios entreabiertos, expectantes por mi toque. Siento como aguanta aún más fuerte mis caderas y se que dejará una marca ahí, sube una mano colándola en mi cabello y también hace más fuerte su agarre ahí, subo mis manos por su pecho hasta cruzarlas tras su cuello.

Sin pensarlo dos veces me abalanzó sobre su boca, haciendo lo que llevo 16 años esperando por hacer.

Su boca es demandante sobre la mía, me besa con fuerza, fiereza y un anhelo tan abrumador como el mío. Delineó su labio inferior con mi lengua abriéndome paso dentro de su boca y colando mi lengua en ella de forma exploratoria. Su mano en mi cadera baja a mi culo y da un fuerte apretón tanto ahí como en la mano que sujeta mi pelo. Muerde mi labio superior y tira de el, su lengua dentro de mi boca es demandante y a este punto ya no se quien guía el beso. Succionó su labio con fuerza arrancándole un gruñido desde lo más profundo de su garganta y eso es música para mis oídos.

No nos hemos dejado de mover por lo que siento algo crecer contra mi vientre y eso solo consigue que una sonrisa se forme en mi rostro a mitad del beso. Hala mi cabello haciendo que eche mi cabeza para atrás dándole libre acceso a mi cuello; succiona, lame, besa y muerde mi piel expuesta antes de volver a mi boca y besarme nuevamente con una lujuria desenfrenada que me tiene al borde de la locura.

Nos separamos en busca de aire, nuestras respiraciones son un desastre, nuestro labios están hinchados por el beso y nuestros ojos reflejan nuestro deseo. Lo miro expectante a que diga algo pero como no lo hace soy yo quien habla.

—Hasta que al fin nos decidimos, hermano— una sonrisa llena de picardía y deseo surca su rostro y vuelva a tirar de mi para sellar nuestras bocas en un desenfrenado beso.

Amor de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora